viernes, 13 de mayo de 2011

MALDICIONES GENERACIONALES PARTE 4


4.        ¡Dios ha establecido que no será más!
El cristiano no puede estar bajo "maldición generacional" porque Dios mismo declaró que eso sería cosa del pasado. Los hijos no han de pagar mas por los pecados de los padres.
Dios había establecido cuando introdujo EL VIEJO PACTO con su pueblo que los hijos y nietos pagarían las consecuencias de los pecados e iniquidad de los padres, hasta la tercera y cuarta generación, sin embargo profetizó de que algo distinto ocurriría dentro de Israel después que volvieran del cautiverio al que habían sido llevados a causa de la suma de todos sus pecados:

Ezequiel 18 (NVI)

1 El Señor me dirigió la palabra: 2 «¿A qué viene tanta repetición de este *proverbio tan conocido en Israel: Los padres comieron uvas agrias, y a los hijos se les destemplaron los dientes? 3 Yo, el Señor omnipotente, juro por mí mismo que jamás se volverá a repetir este proverbio en Israel. 4 La persona que peque morirá. Sepan que todas las vidas me pertenecen, tanto la del padre como la del hijo. 5 »Quien es justo practica el derecho y la justicia; 6 no participa de los banquetes idolátricos en los cerros, ni eleva plegarias a los ídolos malolientes de Israel. No deshonra a la mujer de su prójimo, ni se une a la mujer en los días de su menstruación. 7 No oprime a nadie, ni roba, sino que devuelve la prenda al deudor, da de comer al hambriento y viste al desnudo. 8 No presta dinero con usura ni exige intereses. Se abstiene de hacer el mal y juzga imparcialmente entre los rivales. 9 Obedece mis decretos y cumple fielmente mis *leyes. Tal persona es justa, y ciertamente vivirá. Lo afirma el Señor omnipotente. 10 »Pero bien puede suceder que esa persona tenga un hijo violento y homicida, que no siga su ejemplo 11 y participe de los banquetes idolátricos en los cerros; que deshonre a la mujer de su prójimo, 12 oprima al pobre y al indigente, robe y no devuelva la prenda al deudor, y eleve plegarias a los ídolos e incurra en actos repugnantes; 13 que, además, preste dinero con usura y exija intereses. ¿Tal hijo merece vivir? ¡Claro que no! Por haber incurrido en estos actos asquerosos, será condenado a muerte, y de su muerte sólo él será responsable. 14 »Ahora bien, ese hijo podría a su vez tener un hijo que observa todos los pecados de su padre, pero no los imita, 15 pues no participa de los banquetes idolátricos en los cerros, ni eleva plegarias a los ídolos malolientes de Israel, ni deshonra a la mujer de su prójimo; 16 no oprime a nadie, no roba, devuelve la prenda al deudor, da de comer al hambriento y viste al desnudo; 17 se abstiene de hacer el mal, no presta dinero con usura ni exige intereses; cumple mis leyes y obedece mis decretos. Un hijo así no merece morir por la maldad de su padre; ¡merece vivir! 18 En cuanto a su padre, que fue un opresor, que robó a su prójimo y que hizo lo malo en medio de su pueblo, ¡morirá por su propio pecado!

Jeremías 31
28 Y así como he estado vigilándolos para arrancar y derribar, para destruir y demoler, y para traer calamidad, así también habré de vigilarlos para construir y plantar afirma el Señor. 29 En aquellos días no volverá a decirse:»Los padres comieron uvas agrias,y a los hijos se les destemplaron los dientes. 30 Al contrario, al que coma uvas agrias se le destemplarán los dientes, es decir, que cada uno morirá por su propia iniquidad. 

Usted se estará preguntando ¿si Dios dice que no será más, no significa eso que en un tiempo sí fue? La pregunta es válida y puede ser vista desde por lo menos dos puntos de vista.  Primero es lo que “se decía”.  Desde el principio es un trato con Israel, Dios declaró en su ley a Israel que cuando se administrara la justicia en su tierra, la culpa y la consecuencia por el pecado de cada cual sería suya. Leemos:

Deuteronomio 24:16
Los padres no morirán por sus hijos, ni los hijos morirán por sus padres; cada uno morirá por su propio pecado.

Sin embargo, Dios se reserva el derecho a castigar la nación completa por los pecados amontonados de un pueblo no arrepentido (ver Números 14:1; Deuteronomio. 5:9).  Los textos en cuestión dicen que “no se dirá más…no volverá a decirse…”; el proverbio se había repetido en Israel, particularmente en su cautividad babilónica por las tribus de Judá y Benjamín quizás como queriendo limpiarse a sí mismos diciendo que solamente estaban recibiendo el castigo por los pecados que sus padres habían cometido pero que ellos no eran culpables. La segunda forma de ver el texto es en relación con las claras amenazas que Dios hizo al pueblo de Israel en Éxodo 20:5, 34:7; Levítico 26.   

Cuando leemos el libro de Daniel, el mismo profeta se habla de la relación al exilio del pueblo de Israel por setenta años en Babilonia.  Al final de este periodo, en su oración a Dios, Daniel se expresa de manera que reconoce que la maldad de sus antepasados (y los de ellos) había traído consecuencias al pueblo:

Daniel 9:16
Oh Señor, conforme a todos tus actos de justicia, apártese ahora tu ira y tu furor de tu ciudad, Jerusalén, tu santo monte; porque a causa de nuestros pecados y de las iniquidades de nuestros padres, Jerusalén y tu pueblo son el oprobio de todos los que nos rodean.

Al hacer esta oración, Daniel está llenando el pre-requisito establecido por Dios mismo antes de que ellos pudiesen volver a ocupar la tierra prometida.  Debían de “confesar su iniquidad y la de sus antepasados…”:

Levítico 26:40-42
"Si confiesan su iniquidad y la iniquidad de sus antepasados, por las infidelidades que cometieron contra mí, y también porque procedieron con hostilidad contra mí 41  (yo también procedía con hostilidad contra ellos para llevarlos a la tierra de sus enemigos), o si su corazón incircunciso se humilla, y reconocen sus iniquidades, 42  entonces yo me acordaré de mi pacto con Jacob, me acordaré también de mi pacto con Isaac y de mi pacto con Abraham, y me acordaré de la tierra.

En su oración, Daniel, aunque era hombre justo y temeroso de Dios se identificó moralmente con el pecado de su pueblo y de sus padres tal como lo requería Dios antes de traerlos de vuelta a la tierra prometida. Los libros de Esdras y Nehemías relatan el retorno y la reconstrucción del pueblo a la tierra.

Sea cual sea la interpretación que se le quiera dar a Ezequiel 18, lo cierto es que Dios dice que “nunca más” habrá razón para decir que los hijos pagan o reciben las consecuencias por los pecados de los padres o antepasados. 

No existe base bíblica hoy día para estar confesando los pecados de nuestros antepasados y pidiendo perdón a Dios por ellos.  Al contrario, Dios deja muy claro que “cada cual morirá por su propio pecado” y “el alma que pecare esa morirá.   

El hacer oraciones de arrepentimiento de culpa por otros que no sean nuestros es desobediencia a Dios y una acción totalmente contraria a lo que Dios mismo ha establecido en su Palabra.   

Como veremos en la próxima sección, el pasaje de Jeremías es de gran importancia porque habla de “aquellos días” los cuales son los días del Nuevo Pacto el cual sería establecido con Israel y Judá (Jeremías 31:31).   

Ese Nuevo Pacto fue establecido por Cristo en la cruz (Mateo 26:28; Marcos 14:24) y por lo tanto es durante el tiempo presente que nosotros los cristianos que vivimos bajo el Nuevo Pacto podemos identificarnos con esa promesa de que los hijos no pagan las consecuencias de los pecados de sus padres:

Jeremías 31:29 
En aquellos días no dirán más: "Los padres comieron uvas agrias, y los dientes de los hijos tienen dentera", 30 sino que cada cual por su propia iniquidad morirá; los dientes de todo hombre que coma uvas agrias tendrán dentera…
 
5.       ¡El Cristiano está bajo un Nuevo Pacto!

Dios se relaciona con el hombre por medio de Pactos. Cuando Dios puso a Adán en el huerto del Edén, estableció un Pacto con él, cuando salvó a Noe con su familia, hizo pacto con Noe, cuando llamó a Abraham, hizo pacto con él, cuando llamó a su pueblo de Egipto, hizo pacto con ellos, cuando llamó la Iglesia, hizo pacto con ella. La Biblia nos declara que cuando el pecado abunda, la Gracia sobreabunda, esta es la verdad del Nuevo Pacto.

El Antiguo Pacto era condicional a la obediencia del hombre. Si este desobedecía, recibía las consecuencias negativas del pacto y la ira de Dios venía sobre él.

Deuteronomio 11
25 Nadie podrá hacerles frente. Por dondequiera que vayan, el Señor su Dios hará que todo el mundo sienta miedo y terror ante ustedes, como se lo ha prometido. 26 »Hoy les doy a elegir entre la bendición y la maldición: 27 bendición, si obedecen los mandamientos que yo, el Señor su Dios, hoy les mando obedecer; 28 maldición, si desobedecen los mandamientos del Señor su Dios y se apartan del camino que hoy les mando seguir, y se van tras dioses extraños que jamás han conocido.

Bajo el Nuevo Pacto, el hombre está representado por Cristo, quien hace que las condiciones del pacto sean cumplidas en su totalidad, por eso el hombre es libertado de las consecuencias negativas (la maldición divina) del pecado, pues esta maldición fue puesta por Dios sobre Jesús en la cruz.

HOY estamos en el Nuevo Pacto bajo la dispensación de la Gracia. Dios está salvando su pueblo y no tomándole en cuenta a sus hijos sus pecados. Ya no estamos bajo la ley, la ley ha quedado atrás para el creyente. Él ha sido justificado en la sangre de Cristo. Cristo cumplió, por su pueblo, TODOS los requisitos de obediencia y TODAS las consecuencias negativas del pecado que la ley eterna de Dios exige.

Así que es muy importante que entendamos que la condenación / sentencia establecida por Dios que decía que el hijo pagaría el pecado del padre ha quedado en el pasado CON LA LEY. Dios declara en la Biblia todo lo contrario a lo que esta teoría promueve. Ya Dios no está castigando la maldad de los padres en los hijos. No hay condenación para los que están en Cristo. ¡Eso se acabó en la cruz! con la confirmación del NUEVO PACTO bajo la gracia:

Jeremías 31 (NVI)
29 En aquellos días no volverá a decirse: »Los padres comieron uvas agrias, y a los hijos se les destemplaron los dientes. 30 Al contrario, al que coma uvas agrias se le destemplarán los dientes, es decir, que cada uno morirá por su propia iniquidad. 31 »Vienen días afirma el Señor en que HARÉ UN NUEVO PACTO CON EL PUEBLO DE ISRAEL Y CON LA TRIBU DE JUDÁ 32 No será un pacto como el que hice con sus antepasados el día en que los tomé de la mano y los saqué de Egipto, ya que ellos lo quebrantaron a pesar de que yo era su esposo afirma el Señor. 33 »Éste es el pacto que después de aquel tiempo haré con el pueblo de Israel afirma el Señor: Pondré mi *ley en su *mente, y la escribiré en su *corazón. Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. 34 Ya no tendrá nadie que enseñar a su prójimo, ni dirá nadie a su hermano: ¡Conoce al Señor!, porque todos, desde el más pequeño hasta el más grande, me conocerán afirma el Señor. Yo les perdonaré su iniquidad, y nunca más me acordaré de sus pecados.»

El problema para estas personas que enseñan que los cristianos tienen que ser librados de maldiciones generacionales, es que Dios mismo dice que BAJO EL NUEVO PACTO, no sería más así. Por esto, tienen que por obligación, tomar al creyente y ponerlo de nuevo bajo el yugo de la ley, echando a un lado la gracia y volviendo a las obras. Cuando Cristo vino, Él estableció UN NUEVO PACTO con su pueblo…

Hebreos 8
7 Porque si aquel primero fuera sin falta, cierto no se hubiera procurado lugar de segundo.
8 Porque reprendiéndolos dice: He aquí vienen días, dice el Señor, Y consumaré para con la casa de Israel y para con la casa de Judá un nuevo pacto; 9 No como el pacto que hice con sus padres El día que los tomé por la mano para sacarlos de la tierra de Egipto: Porque ellos no permanecieron en mi pacto, Y yo los menosprecié, dice el Señor. 10 Por lo cual, este es el pacto que ordenaré á la casa de Israel Después de aquellos días, dice el Señor: Daré mis leyes en el alma de ellos, Y sobre el corazón de ellos las escribiré; Y seré á ellos por Dios, Y ellos me serán á mí por pueblo:11 Y ninguno enseñará á su prójimo, Ni ninguno á su hermano, diciendo: Conoce al Señor: Porque todos me conocerán, Desde el menor de ellos hasta el mayor. 12 Porque seré propicio á sus injusticias, Y de sus pecados y de sus iniquidades no me acordaré más. 13 Diciendo, Nuevo pacto, dio por viejo al primero; y lo que es dado por viejo y se envejece, cerca está de desvanecerse.

Mateo 26/ Lucas 22

27 Y tomando el vaso, y hechas gracias, les dio, diciendo: Bebed de él todos; 28 Porque esto es mi sangre del NUEVO PACTO, la cual es derramada por muchos para remisión de los pecados. 29 Y os digo, que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día, cuando lo tengo de beber nuevo con vosotros en el reino de mi Padre.

Apocalipsis 1
4 Juan á las siete iglesias que están en Asia: Gracia sea con vosotros, y paz del que es y que era y que ha de venir, y de los siete Espíritus que están delante de su trono; 5 Y de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y príncipe de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos ha lavado de nuestros pecados con su sangre, 6 Y nos ha hecho reyes y sacerdotes para Dios y su Padre; á él sea gloria é imperio para siempre jamás. Amén.

Ninguno, puede decir HONESTAMENTE delante de Dios que lo que está sufriendo en el presente es por consecuencia ‘de maldición’ por los pecados de sus antepasados, ¡NADIE!. Dios mismo dice que no será mas así EN EL NUEVO PACTO. El predicar, creer y afirmar tales cosas es hacer a Dios mentiroso. Lo cierto es que nadie puede decir que vive una vida de adulterios porque lo heredó de sus antepasados. La obra de la cruz de Cristo fue una obra completa. Como ya hemos dicho y vale la pena repetir, Cristo llevó nuestra culpa y sufrió nuestro castigo. Si, él sufrió en nuestro lugar, por eso no hay condenación para nosotros que estamos en Cristo Jesús. 

Gálatas 3
12 La ley también no es de la fe; sino, El hombre que los hiciere, vivirá en ellos. 13 Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición; (porque está escrito: Maldito cualquiera que es colgado en madero:) 14 Para que la bendición de Abraham fuese sobre los Gentiles en Cristo Jesús; para que por la fe recibamos la promesa del Espíritu. 

Ya no hay mas maldición para los cristianos. Pues la paga por su pecado ha sido satisfecha en la cruz donde Cristo mismo estableció para nosotros UN NUEVO PACTO de relación con Dios por medio de su sangre.

Por COMUNIDAD BIBLICA DE LA GRACIA DE JESUCRISTO

1 comentario:

  1. Leí todos el articulo lo recomendare.Ricas y Abundantes Bendiciones desde Puerto Rico

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