viernes, 27 de mayo de 2011

EXPLICACIÓN DE HEBREOS 6:4-8

Ateniéndonos a Hebreos  6:4-6, ¿es imposible para un cristiano que en pecado volver a levantarse y a ser aceptado por Dios?
El único pecado imperdonable que señala la Biblia es el pecado "contra el Espíritu Santo (Mateo 12:31-32).  Y la mejor definición que podemos dar de ese pecado es la siguiente: "Es el pecado que no se confiesa".

En Isaías 1:18 se garantiza el perdón para lo más graves pecados.  En 1 Juan 1:9 se encuentra la promesa de que al confesar los pecados se nos limpiará "de toda maldad".  En 1 Timoteo 1:15-16, Pablo se consideraba el mayor pecador, pero que recibió la misericordia del perdón.  Por lo tanto, quien manifiesta el deseo de volver al Señor, de confesar sus pecados, de apartarse de ellos y volver a la debida senda, no se encuentra en "pecado imperdonable".  El tal será aceptado por el Señor, quien dijo: "El que viene a mí, no le echo fuera" (Juan 6:37).

La situación descrita en Hebreos 6:4 y 5 no se aplica a una persona que, después de haberse apartado de Dios, vuelve a sentir en su corazón el anhelo de regresar y en cuyo arrepentimiento actúa la fe.

Si una persona hubiera sido totalmente iluminada por la verdad, hubiera gustado del don celestial, hubiera gustado de la buena Palabra de Dios y las virtudes del reino de Dios que esperamos, nunca hubiera entrado en la senda de la apostasía.  En este caso lo que pasó, sin duda, fue que se dejó engañar por Satanás al no haber fortalecido su fe en el estudio profundo de la Palabra, y por lo tanto creyó que dejar al Señor era el mejor camino.

Pero cuando su experiencia lejos de la buena senda le ayudó a descubrir por medio del Espiritu Santo que estaba equivocado, y ahora si comienza a dejar que la verdad lo ilumine, a gustar el don celestial, la presencia del Señor Espíritu Santo, y todo lo que nos ofrece el Señor, será nuevamente aceptado y perdonados sus pecados.

Este texto también se conjuga con el hijo pródigo de la parábola que vuelve al hogar, después de haber salido de él, y que es recibido por el Padre celestial sin ningún reproche (Lucas 15:11-32).


REFLEXIÓN: SI CAES, PUEDES REGRESAR SI TE ARREPIENTES CON FE
La gracia sea contigo!



Por COMUNIDAD BIBLICA DE LA GRACIA DE JESUCRISTO

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