domingo, 3 de octubre de 2010

p2 ¿QUE OCURRE CON LA PREDICACION EN LAS IGLESIAS EVANGELICAS?


Reavivamiento de las antiguas verdades Biblicas.

Hay una obra de sagrada importancia que deben hacer los ministros y los hermanos. Han de estudiar la historia de la causa y del pueblo de Dios. No han de olvidar la forma en que en lo pasado Dios trató a su pueblo. Han de revivir y relatar las verdades que han llegado a parecer de poco valor para los que no conocen por experiencia personal el poder y el brillo que las acompañaron cuando por primera vez fueron vistas y entendidas. Han de darse al mundo esas verdades en toda su frescura y poder originales.

No se ocupen de especulaciones fantásticas. Nuestra única seguridad es la Palabra escrita. Debemos orar como lo hizo Daniel para que seamos protegidos por las inteligencias celestiales.

Sermones argumentativos

Los muchos sermones argumentativos rara vez enternecen y subyugan el alma... Cada mensajero de la verdad debiera tener la preocupación de hacer resaltar la plenitud de Cristo. Cuando no se presenta el don gratuito de la justicia de Cristo, los discursos son secos y faltos de espíritu; no se alimentan las ovejas y corderos. Dijo Pablo: "Ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder" (1 Cor. 2: 4). Hay médula y grosura en el Evangelio. Jesús es el centro viviente de todo. Ponga a Cristo en cada sermón. Sean tratadas la preciosa misericordia y la gloria de Jesucristo, porque el Cristo interior es la esperanza de gloria.

Preséntese la verdad con humildad

Sean mensajeros fieles. No estén ansiosos por oír y aceptar nuevas teorías, pues con frecuencia ellas son de tal naturaleza que no deberían ser nunca presentadas delante de ninguna congregación. No hablén palabras jactanciosas que exalten al yo. Brote la Palabra de Dios de labios que están santificados por la verdad. Cada ministro debe predicar la verdad como es en Jesús. Debiera estar seguro de lo que afirma y debiera manejar la Palabra de Dios bajo la dirección del Espíritu de Dios. Mis hermanos, caminen y trabaj en cuidadosamente delante de Dios para que ninguna alma sea inducida al engaño por vuestro ejemplo. Mejor os hubiera sido no haber nacido nunca que descarriar a una sola alma.

Los que profesan ser siervos de Dios necesitan obrar diligentemente para obtener de aquella vida donde no pueden entrar el pecado, la enfermedad y el dolor. Deben instar a tiempo y fuera de tiempo. Dios necesita reformadores que pronuncien mensajes vigorosos y elevadores desde nuestros púlpitos. Cuando los hombres presentan sus propias palabras en su propia fuerza, en vez de predicar la Palabra de Dios con el poder del Espíritu, quedan dolidos y ofendidos cuando sus palabras no son recibidas con entusiasmo.

Es entonces cuando son tentados a pronunciar palabras que despertarán un espíritu de amargura y oposición en sus oyentes. Mis hermanos, sed prudentes. Tales palabras no han de salir de los labios de los embajadores de Cristo. Los labios santificados hablarán palabras que reformen pero que no exasperen. La verdad se ha de presentar en la mansedumbre y el amor de Cristo .

Un artificio del enemigo

Hemos de orar en procura de instrucción divina, pero al mismo tiempo debiéramos ser cuidadosos en cuanto a la forma de recibir todo lo que es llamado nueva luz. Debemos estar alerta, no sea que bajo la apariencia de escudriñar en procura de nueva luz, Satanás aparte nuestra mente de Cristo y de las verdades especiales para este tiempo.

He percibido que el artificio del enemigo es orientar las mentes para que se ocupen de algún punto oscuro o sin importancia, algo que no está plenamente revelado o que no es esencial para nuestra salvación. Esto se convierte en el tema absorbente, la "verdad presente", cuando todas sus investigaciones y suposiciones tan sólo sirven para oscurecer las cosas más que antes y para confundir la mente de algunos que debieran estar procurando la unidad por medio de la santificación de la verdad.

Suposiciones y conjeturas humanas

Nadie presente bellas sofisterías científicas para adormecer al pueblo de Dios. No revistáis la solemne y sagrada verdad para este tiempo con una vestimenta fantástica de sabiduría humana. Los que han estado haciendo esto, deténganse y clamen a Dios para salvar sus almas de las fábulas engañosas.

La energía viviente del Espíritu Santo es la que conmoverá los corazones, no las teorías agradables y engañosas. Las afirmaciones fantásticas no son el pan de vida. No pueden salvar al alma del pecado. Cristo fue enviado del cielo para redimir a la humanidad. Enseñó las doctrinas que Dios le dio para enseñar. Las verdades que proclamó, como se encuentran en el Antiguo y en el Nuevo Testamento, debemos proclamarlas hoy como el mensaje del Dios viviente.

Los que desean el pan de vida, vayan a las Escrituras no a las enseñanzas de hombres finitos y falibles. Dad a la gente el pan de vida que Cristo vino a traernos del cielo. No mezcléis con vuestras enseñanzas suposiciones humanas y conjeturas. Ojalá todos supieran cuánto necesitan comer la carne y beber la sangre del Hijo de Dios: hacer de sus palabras una parte de sus vidas.


Por John J. Alvarado D. COMUNIDAD BIBLICA DE LA GRACIA DE JESUCRISTO

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