domingo, 17 de octubre de 2010

P5: Una Base para la Cronologia del N.T.


VI.  Muerte y resurrección de Cristo

En relación con la muerte de Cristo se presentan tres interrogantes: (1) ¿En qué día de la semana murió? (2) ¿Qué relación había entre ese día y la fiesta de la pascua? (3) ¿En qué año murió?  En esta sección se tratará sólo la primera pregunta.  La segunda se tratará en la primera Nota Adicional de Mat. 26, y la tercera se tratará en la sección VII.

Lapso entre la crucifixión y la resurrección.-

A través de los siglos los cristianos, por lo general, han estado de acuerdo en que Jesús murió en la cruz un viernes por la tarde y resucitó muy temprano por la mañana el domingo siguiente.  Pero en años recientes, algunos han argumentado que cuando Cristo dijo que estaría "en el corazón de la tierra tres días y tres noches" (Mat. 12: 40) quiso decir que estaría en el sepulcro durante 72 horas. 

Sobre esta base se elaboró la teoría de la crucifixión en miércoles, la cual ubica la resurrección el sábado de tarde.  Una sugerencia más reciente, y menos exacta, simplemente computa: "Jueves más tres días equivale a domingo". Por esto será necesario examinar lo que Cristo dijo al respecto.

Cuando Jesús habló anticipadamente de su muerte y resurrección, empleó varias frases para referirse a los "tres días" y una vez dijo "tres días y tres noches".  Debe admitirse que según el cómputo occidental, si se habla de que han pasado tres días después de un acontecimiento, entendemos que se trata de un período de tres días completos. 

Tres días completos de 24 horas a partir del viernes de tarde se extenderían, para nosotros, hasta el lunes de tarde.  Pero el problema no es entender lo que significan estas frases ahora para los occidentales, sino comprender lo que Jesús quería decir con ellas y lo que entendieron sus oyentes del antiguo Cercano Oriente.

Significado de "día".-

En tiempos de Cristo se empleaban diversas expresiones que no significaban para ellos lo que hoy significan para nosotros.  Algunos ejemplos de esta costumbre ya se han explicado ("de seiscientos años", "hijo", o "hermano"; ver 1 Crón. 2: 7). ¿Qué quiso decir Jesús con un "día"? 

En una ocasión dijo que el día tenía 12 horas (Juan 11: 9-10), refiriéndose evidentemente a la parte iluminada del día en contraste con la noche. Esto era literalmente cierto, pues cuando vivió Jesús se dividía el tiempo transcurrido entre la salida del sol y la puesta del sol en doce partes iguales u "horas", cuya longitud variaba según las estaciones. 

El que hoy usemos horas de reloj, siempre uniformes, y que la salida del sol y la puesta del sol estén separadas por más o menos 12 horas, según la época del año, no invalida la afirmación de Jesús.  Del mismo modo, sus palabras "tres días" deben interpretarse conforme a lo que esas palabras significaban entonces, y no según el sentido que se les da ahora en el Occidente.

Aunque se empleaba y se sigue empleando la palabra "día" para referirse a las horas de luz del día, al hablar de una serie de días, se entiende un período que incluye la noche y el día.  El idioma griego, en el cual fue escrito el NT, tenía una palabra que se traduce como "noche-día",nujth'meron  (ver 2 Cor. 11: 25). 

En el Génesis se enumeran los días de la creación, y se dice que cada uno consistió de una "tarde" y una "mañana".  Cuando Jesús dijo "tres días y tres noches" simplemente estaba diciendo "tres días" del calendario usado por su pueblo, según lo entendía la gente de su época.

Diferentes frases para señalar el mismo período.-

Jesús se refirió claramente en diferentes momentos al mismo período -el intervalo entre su muerte y su resurrección como "en tres días", "después de tres días", "al tercer día". 

Cuando cita a Jonás (cap. 1: 17) emplea la frase "tres días y tres noches".  A menos que se quiera acusar a Jesús de contradecirse a sí mismo, debe aceptarse que las diversas frases se refieren a un mismo período. Aun los sacerdotes y fariseos que dijeron que Jesús había predicho su resurrección "después de tres días", pidieron a Pilato que se guardara la tumba "hasta el tercer día" (no hasta después del tercer día). 

Evidentemente entendieron que las dos frases significaban lo mismo.

Todos los textos que se refieren a este período de "tres días" son los siguientes:
                                                    Mateo                    Marcos           Lucas              Juan
"En tres días"                             26: 61; 27:40              14: 58                                     2: 19-21
"Después de tres días"             27: 63                         8: 31
"Tres días y tres noches"         12: 40
"Al tercer día"                            16: 21; 17: 23  9:31 ;               9:22;18:33;     
                                                     20: 19                         10:34               24: 7,46
"Hasta el tercer día"               27: 64
"El tercer día"                                                                        24: 21

¿Qué, pues, significan estas diversas expresiones que se refieren a "tres días"?  Esto se puede saber fácilmente si se estudian otros pasajes bíblicos.

Tres días según el cómputo inclusivo.-

La pregunta en cuanto al tiempo cuando Jesús permaneció en el sepulcro surgió de una incomprensión moderna del llamado "cómputo inclusivo", método común en la antigüedad, según el cual se contaba tanto el día (o año o mes) en el cual comenzaba un período, como el día cuando terminaba, no importa cuán pequeña fuera la fracción de ese día (o año o mes) inicial o final. 

El ejemplo clásico de este método de computar es el período que comienza en el 4.º año de Ezequías y el 7.º año de Oseas, y que termina en el 6.º año de Ezequías y el 9.º de Oseas (ver t. II, p. 139). Hoy diríamos que se trataba de un período de dos años, pues restamos 4 de 6 en el reinado de Ezequías, o 7 de 9 en el reinado de Oseas.  Pero la Biblia describe la terminación de este período diciendo "al cabo de tres años" (2 Rey 18: 9-10).  Es evidente que se contaban el año 4.º, 5.º y 6.º (del reinado de Ezequías), es decir, tres años según el cómputo inclusivo.

Otro ejemplo: Se dice que un niño no tiene un año hasta que haya cumplido 12 meses de vida a partir de la fecha de su nacimiento. Tendrá un año cuando entre en su segundo año de vida, y cumplirá dos luego de su segundo año.  Por esta razón, un niño tendrá 10 años de edad durante todo el undécimo año de su vida, y cumplirá 11 cuando haya completado los 11 años de su vida. 

No sucedía así en los tiempos bíblicos.  Noé era, literalmente, "un hijo de 600 años... en el año 600 de" su vida (Gén. 7: 6, 11; Gén. 5: 32), aunque sus 600 años no eran computados en forma inclusiva (ver t. I, pp. 190-191 y la nota).  Estos versículos muestran que en el año 600 de su vida se lo consideraba como si tuviera 600 años y no 599. Un niño hebreo era circuncidado cuando tenía "ocho días" de nacido (Gén. 17: 12), "al octavo día" (Lev. 12: 3; Luc. 1: 59), "cumplidos los ocho días" (Luc.2: 21).  La Biblia da varios períodos de "tres días" que concluyeron durante el tercer día, y no después del tercer día, y que por lo tanto no eran períodos de tres días completos de 24 horas (Gén. 42: 17-19; cf. 1 Rey. 12: 5, 12 con 2 Crón. 10: 5, 12).

Se encuentran ejemplos de este cómputo inclusivo no sólo entre los judíos, sino también entre otros pueblos de la antigüedad.  Este sistema era común en Egipto, Grecia y Roma, y aún se usa hoy en el Lejano Oriente. En muchos países se habla del intervalo de una semana como de "ocho días", y un pasaje de ida y vuelta válido por tres días, que se compra el domingo, tiene que ser usado el martes o antes. En algunos países del Lejano Oriente se computa la edad dándole a la persona un año más de lo que se le da en Occidente. 

Así un coreano que dice tener 25 años tiene sólo 24 según el cómputo occidental. Y también, según el cómputo chino, un niño que nace en la última parte del año tiene dos años al año siguiente, pues está viviendo el segundo año de su vida conforme al calendario; y en cuanto comience el siguiente año, cumplirá tres años de vida aunque sólo uno de esos años sea un año completo.

Puesto que la costumbre común de emplear el cómputo inclusivo está bien comprobada por su uso entre los hebreos, en otras naciones antiguas y en el Oriente hasta los tiempos modernos, parece poco razonable entender las palabras de Jesús en cuanto a un período de tres días según la usanza de nuestro método matemático moderno occidental.  Los oyentes de Jesús contaron los "tres días", según su costumbre, en forma sucesiva:

1.El día de la crucifixión.
2.El día después de este acontecimiento.
3.El "tercer" día después de dicho acontecimiento (según el cómputo moderno sería apenas el segundo día).

No puede, pues, insistirse que porque Jesús dijo que resucitaría "después de tres días" (Mar .8: 31), quiso decir, tal como lo entendemos hoy, que resucitaría al final del tercer día completo, es decir, en lo que sería el equivalente del cuarto día.

Además, no tenemos únicamente una deducción obvia en cuanto a lo que Jesús quiso decir con el "tercer día", pues de sus mismos labios tenemos la solución.  En cierta ocasión, mientras hablaba de Herodes, dijo: "Id, y decid a aquella zorra: He aquí, echo fuera demonios y hago curaciones hoy y mañana, y al tercer día termino mi obra. Sin embargo, es necesario que hoy y mañana y pasado mañana siga mi camino; porque no es posible que un profeta muera fuera de Jerusalén" (Luc. 13: 32-33).  De ese modo Jesús hizo equivaler el tercer día con el día después de mañana, es decir pasado mañana, el tercer día según el cómputo inclusivo.

La crucifixión en viernes

Podemos preguntar en qué día se cumplió esta profecía de Jesús acerca de los "tres días".  La respuesta es que se cumplió en "el primer día de la semana" (Mar. 16: 9; ver com.  Mat. 28: 1). 

En las últimas horas de ese "mismo día" (Luc. 24: 1,13), dos discípulos se encontraron con Jesús en camino a Emaús, 242 y al hablar de la crucifixión de su Maestro y de su profundo chasco, afirmaron: "Hoy es ya el tercer día que esto ha acontecido" (Luc. 24: 21). 

Cuando Jesús se apareció a los doce en el aposento alto, les dijo: "Así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día" (Luc. 24: 46).  Asimismo lo dijo Pablo más tarde: "Resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras" (1 Cor. 15: 4).  Es evidente que el domingo corresponde con ese "tercer día".

Si el domingo es "el tercer día", el día después de mañana, ¿cuál fue entonces el día de la crucifixión?  Evidentemente el viernes anterior, el día de la preparación.  Esto concuerda exactamente con la afirmación de Lucas de que las mujeres dejaron sin terminar el proceso de embalsamamiento el día de la preparación porque se acercaba el sábado, "y descansaron el sábado, conforme al mandamiento", antes de regresar a la tumba "el primer día de la semana" (Luc. 23: 54 a 24: 1). 

No esperaron varios días, como lo suponen quienes ubican la muerte de Jesús el día miércoles y consideran que el sábado que aquí se menciona no era más que un día de fiesta o de reposo ceremonial.  Además, la frase "día de reposo... de gran solemnidad" ha hecho pensar a muchos que en ese año el día de esa fiesta coincidió con el sábado semanal (ver Juan 19: 31).

Por John J. Alvarado D. COMUNIDAD BIBLICA DE LA GRACIA DE JESUCRISTO

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