Predicando el Evangelio eterno. Ap. 14: 6 Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo,7 diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas. 12 Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús.
martes, 13 de julio de 2010
Serie: La Adoracion:
“La música y la liturgia pueden ayudar o servir de medio de expresión de un corazón adorador, pero ellas no pueden hacer que un corazón no adorador se convierta en uno que adora. El peligro es que estas cosas pueden darle a un corazón no adorador el sentimiento de que está adorando” (John MacArthur).
“[E]s evidente que no hay evangelio en la música. Dios nos dio el evangelio en palabras y nada en la música debe distorsionar u oscurecer o, en modo alguno, relegar al trasfondo lo que la Biblia llama ‘la palabra verdadera del evangelio’ (Col. 1:5). Si el volumen o disonancia de la música son tales que las palabras no se pueden oír claramente, entonces toda la actuación es un ejercicio absurdo” (John Blanchard; El Rock Invade la Iglesia; pg. 156).
“Debemos precavernos... no sea que nuestros oídos tengan más interés en la música que nuestras mentes en el significado espiritual de las palabras” (Juan Calvino; citado por Blanchard; Ibíd.).
“El Espíritu no puede ser manipulado. Él es soberano en las bendiciones que derrama en los adoradores y en el grado de ésta. Pero Él puede ser esperado y encontrado en las formas que Él ha establecido para la adoración... [Y] La adoración en el Espíritu siempre es una adoración que es conforme a la verdad (Jn. 4:24)” (Robert Godfrey; Give Praise to God; pg. 367).
Donald Carson: “Aunque hay ciertas cosas que podemos hacer para mejorar la adoración corporativa, hay un profundo sentido en que la adoración excelente no puede ser obtenida meramente por ir detrás de la adoración excelente. En la misma forma en que, de acuerdo con Jesús, usted no puede encontrarse a sí mismo hasta que se pierda a sí mismo, usted no puede encontrar una adoración corporativa excelente hasta que deje de buscar una adoración corporativa excelente y vaya detrás de Dios mismo. A pesar de las protestas, uno se pregunta si no estaremos comenzando a adorar la adoración antes que adorar a Dios… es algo así como aquéllos que comienzan admirando la puesta del sol y pronto comienzan a admirarse a ellos mismos admirando la puesta del sol”.
En este punto, Carson pone como ejemplo el corito que dice: “Olvidemos nuestro ser y alabemos al Señor con el corazón.” Y entonces añade:
“El problema es que después de que usted ha cantado repetidamente este corito tres o cuatro veces, no pasa de ahí. La forma en que usted se olvida de usted mismo es enfocándose en Dios; [es decir] no cantando acerca de olvidarse de usted mismo, sino haciéndolo… [Un himno como “Santo, santo, santo” puede ser más efectivo para que nos olvidemos de nosotros mismos y nos enfoquemos en el Señor]. Si desea profundizar la adoración del pueblo de Dios, entonces por encima de todo profundice el entendimiento de ese pueblo acerca de la majestad inefable de la persona y de las obras de Dios” (Worship by the Book; pg. 30-31; los paréntesis son míos).
“Lo que debe deleitarnos de la adoración no es, en primera instancia, la novedad o la belleza estética, sino el objeto de la adoración: Dios mismo es deleitosamente maravilloso y nosotros hemos aprendido a deleitarnos en Él”
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario