domingo, 6 de marzo de 2011

LA VIGENCIA DE LOS APOSTOLES ¿QUE DICE LA BIBLIA? P7


Las afirmaciones que hacen estos nuevos apóstoles y profetas, tienen la intención sutil de otorgarse autoridad conferida de parte de Dios para establecer nuevas revelaciones y con ello doctrinas que a ellos les interesa promover para lograr adeptos y seguidores, los cuales al quedar cautivos son una fuente de ingresos muy sustancial, con ese accionar echan por la borda principios de interpretación que están bien establecidos en la Palabra de Dios.

Por eso la siguiente pregunta es muy valida: ¿Actualmente aun teniendo la Biblia, como la revelación total de Dios para la vida de fe de sus hijos; se puede hoy establecer una nueva revelación? 

Para poder tener un entendimiento cabal de lo que la Biblia enseña podemos ver que la revelación siempre es una iniciativa de Dios, en el AT por ejemplo Dios le dijo a Moisés: “Y aparecí a Abraham, a Isaac y a Jacob como Dios Omnipotente, mas en mi nombre JEHOVÁ no me di a conocer a ellos” (Éx. 6:3).

Nabucodonosor dijo a Daniel: “Ciertamente el Dios vuestro es Dios de dioses, y Señor de los reyes, y el que revela los misterios, pues pudiste revelar este misterio” (Dn. 2:47). En ese sentido la actividad profética es el resultado de una revelación directa de Dios a un ser humano. Se dice de Samuel, cuando era joven, “que no había conocido aún a Jehová, ni la palabra de Jehová le había sido revelada” (1 S. 3:7). Y después de su primera experiencia personal con Dios, se señala: “Y Jehová volvió a aparecer en Silo; porque Jehová se manifestó [reveló] a Samuel en Silo por la palabra de Jehová” (1 S. 3:21). 

En el NT el sustantivo griego apokalupsis y el verbo apokaluptö se traducen como revelación y revelar, respectivamente. Se ratifica que el conocimiento de Dios sólo es posible si él mismo inicia el proceso (“… y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar” [Mt. 11:27]). Cuando Pedro dijo al Señor: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”, el Señor le respondió: “… no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos” (Mt. 16:17). 

Es por eso que decir o afirmar que uno ha recibido una revelación de Dios es muy serio, no es en vano el énfasis que la Biblia muestra en este hecho: Que es Dios quien se revela a sí mismo. La razón humana no puede por su propio esfuerzo llegar a conocer a Dios. Necesitamos recordar que toda revelación de parte de Dios tiene su origen en Dios mismo. 

El “instrumento” que Dios usa para su revelación es el Espíritu Santo. Porque así como lo que sabemos de nosotros mismos nos lo dice nuestro propio espíritu, lo que se quiera saber de Dios tiene que ser revelado por el Espíritu de Dios, por eso la Biblia dice: “¿Quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios” [1 Co. 2:11]). Por eso el Señor Jesús dijo a sus discípulos: “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas” (Jn. 14:26). Como podemos ver pretender que se ha recibido una revelación de parte de Dios es un tema muy delicado ya que Dios mismo ha dicho lo siguiente: 

(Heb 1:1)  Dios, habiendo hablado hace mucho tiempo, en muchas ocasiones y de muchas maneras a los padres por los profetas, 

(Heb 1:2)  en estos últimos días nos ha hablado por su Hijo, a quien constituyó heredero de todas las cosas, por medio de quien hizo también el universo. 

Cuando los hombres dicen que han recibido una revelación contradicen estas escrituras y lo que están haciendo es tomar el nombre de Dios en vano.

Recordemos que toda la revelación tocante a la vida y experiencia cristianas ya están plasmadas en las Sagradas Escrituras, no hay nada que poner y no hay nada que quitar. 

Con respecto al tema de la inspiración, Los profetas tenían la seguridad de que Dios hablaba por medio de ellos, y que sus mensajes eran la «Palabra de Dios».

Frases como «Habló Dios a Moisés…» se hallan constantemente a través de los libros del Éxodo al Deuteronomio. «Y fue a mí palabra de Jehová…», dice Ezequiel para introducir los oráculos del Señor; también hallamos frases análogas en Jeremías: «Palabra de Dios que fue a Jeremías profeta…» (Ez. 12:1, Jer. 46:1). David también describe la manera en que la Palabra del Señor vino a el, en 2 Samuel 23:2 y 3. 

Podemos apreciar también como Los apóstoles, escogidos por el Señor para proclamar con toda autoridad la doctrina cristiana, también apelaban constantemente a las profecías y demás escritos del Antiguo Testamento, y enseñaban que los autores eran inspirados por Dios (1 P. 1:10–12; 2 P. 1:19–21).

Así que la inspiración y la divina autoridad del Antiguo Testamento forman parte de la «Fe que ha sido una vez dada a los santos» (Jud. 3). 

Los mensajes inspirados orales de los profetas se pusieron por escrito por mandato y providencia de Dios, así que los documentos también son inspirados, y son éstos que el Señor y los apóstoles tenían delante al hacer las declaraciones que encontramos registradas en el Nuevo Testamento.

Hay una clara descripción de la manera en que los mensajes fueron escritos en Jeremías 36:1–2 y 32. 

Con respecto a la inspiración del Nuevo Testamento este afirma que la fuente de toda autoridad y de toda verdad se halla en el VERBO ENCARNADO. Él comisionó a los apóstoles y les hizo depositarios de la verdad en cuanto a Su Persona, obra y enseñanza, de modo que su autoridad apostólica se deriva de la del Señor mismo. 

Jesús les indicó que la revelación tenía que completarse y les prometió el Espíritu para guiarlos a toda verdad. Así que, anticipadamente, garantizó la inspiración del Nuevo Testamento. Los apóstoles sabían que Dios hablaba por medio de ellos, y esperaban que los creyentes obedeciesen Sus mandatos (1 Co. 2:13; 1 P. 1:12; 2 Ts. 3:14; Jn. 14:26, 16:12 y 13, etc.).

En ese sentido la inspiración no es mecánica, como quien escribe a máquina, sino vital, como el de un director de una orquesta que produce los efectos que quiere de la totalidad de ella, respetando siempre las dotes especiales de cada músico.

Así, en las Escrituras, la personalidad del autor humano no se aniquila, y el Espíritu aprovecha el carácter y los conocimientos de cada uno, como también las circunstancias en las que los escritos se produjeron, eso es muy importante recordar para no torcer las escrituras. 

Para ver como estos apóstoles y profetas modernos ignoran estas grandes verdades leamos el articulo “Los Nuevos Apóstoles y Profetas que lideraran la Iglesia publicado por  Let Us Reason Ministries” en la cual se dice algo que es espeluznante, este articulo afirma que  algunos lideres de este movimiento han dicho: “ la iglesia del siglo 21 será irreconocible en comparación con la iglesia del día de hoy, Los apóstoles y profetas de los últimos días que están vivos en el día de hoy tomaran la iglesia a través de la transición de la dispensación de la gracia a la dispensación del reino, de la dispensación de la iglesia mortal a la iglesia inmortal. (Transcripcion de Bill Hamon Titulado Batalla de las novias, Nov. 1997) 

Todo este tipo de afirmaciones y aseveraciones no son mas que la demostración de la ignorancia doctrinal que poseen estos supuestos apóstoles y profetas ya que tienen la osadía de enseñar que el plan de Dios ha cambiado y lo peor de todo es que al ignorar la Palabra de Dios – La Biblia; están poniendo sus doctrinas por encima de la autoridad infalible de Dios la cual ya ha sido revelada en la Biblia. 

Por COMUNIDAD BIBLICA DE LA GRACIA DE JESUCRISTO

1 comentario:

  1. Dios le continúe bendiciendo y dándole sabiduría para alertar a otros de lo que se avecina "La Apostasia" Lo apoyo en su totalidad!! Bendiciones.

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