viernes, 3 de junio de 2011

Verdades De Vital Importancia Para Nuevos Convertidos P1


Verdades De Vital Importancia
Para Nuevos Convertidos


Cuando una persona se convierte en un verdadero Cristiano, entra a una vida enteramente nueva. En ese momento de tiempo pasa de la muerte a la vida, de las tinieblas a la luz y del poder de Satanás al poder de Dios. Muchas cosas que pueden ser sorprendentes comienzan a ocurrirle. (Yo todavía puedo recordar lo que esto fue para mí cuando fui salvo hace alrededor de 12 años.) 

Lo que usted va a leer en este artículo son verdades bíblicas de vital importancia que me habrían beneficiando grandemente de habérseme presentado en aquel entonces.  

Estas no son del tipo de cosas que usted normalmente escuchará del típico predicador de nuestros días o de los maestros de la TV o de la radio que parecen estar más interesados en tener gente bajo su influencia que diseminar la palabra de vida. No obstante, estas verdades eternas son perlas preciosas para el nuevo convertido. 

Vayamos a las Escrituras y veamos lo que ellas declaran: 

No crean que he venido a traer paz a la tierra. No vine a traer paz sino espada. Porque he venido a poner en conflicto al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, a la nuera contra su suegra; los enemigos de cada cual serán los de su propia familia. El que quiere a su padre o a su madre más que a mí no es digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí no es digno de mí; y el que no toma su cruz y me sigue no es digno de mí. El que encuentre su vida, la perderá, y el que la pierda por mi causa, la encontrará. (Mateo 10:34-39. Nueva Versión Internacional. Esta versión se usará a lo largo del artículo a menos que se indique otra.)

Es muy común que la familia de uno se divida por causa de Cristo, hasta el punto en que apreciados miembros familiares se conviertan en los nuevos enemigos espirituales del Cristiano. Si esto le ocurre a usted, por favor sepa que le ha sucedido también a multitudes de otros. 

Es posible que sus familiares no salvos puedan querer que usted deje de leer la Biblia o hablar de ella. Ellos también pueden sentirse avergonzados de que usted sea siempre tan religioso y van a tratar de enfriar el asunto. Querido amigo /a, no importa quién o qué trate de opacar su amor, celo y devoción hacia Jesús, usted no debe ceder a sus deseos malignos. 

Usted debe amar a Jesús primeramente, lo cual se demuestra a través de su obediencia a él a pesar de que otros quieran que usted actúe en contra de las enseñanzas del Señor o que simplemente las ignore. Esto es vitalmente importante. Para ser dignos de Jesús, debemos amarlo por sobre todas las cosas. Observe los dos Pasajes siguientes con relación a los que aman a Dios:

"Cosas que nadie vio ni nadie oyó jamás y que nadie pudo ni siquiera imaginar, son las que Dios ha preparado para los que le aman." (1 Co. 2:9.)

Escuchen, mis queridos hermanos: ¿No ha escogido Dios a los que son pobres según el mundo para que sean ricos en la fe y hereden el reino que prometió a quienes lo aman? (Santiago 2:5)

Nosotros demostramos nuestro amor por Dios obedeciendo sus mandamientos (Juan 14:15).

Persecución

Otro hecho importante de su nueva vida en Cristo es que usted incomodará, aparte de a su familia, a la gente que no tenga un corazón dispuesto para la verdad (viejos amigos, compañeros de trabajo, vecinos, etcétera). Algunas de estas personas mostrarán su molestia con persecución en varias formas. Cobre ánimo y tenga valor considerando la siguiente enseñanza de Jesús (y Pedro): 

Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque el reino de los cielos les pertenece. Dichosos serán ustedes cuando por mi causa la gente los insulte, los persiga y levante contra ustedes toda clase de calumnias. Alégrense y llénense de júbilo, porque les espera una gran recompensa en el cielo. Así también persiguieron a los profetas que los precedieron a ustedes. (Mt. 5:10-12).

Dichosos seréis cuando, por causa del Hijo del hombre, la gente os odie, os desprecie, os insulte y hable mal de vosotros. Alegraos, saltad de júbilo, porque es grande el premio que os espera en los cielos; y consolaos sabiendo que así trataron también a los antiguos profetas. (Lucas 6:22,23.).

Ciertamente los que antes eran vuestros compañeros se extrañan al ver que os habéis apartado de su conducta desenfrenada, y se burlan de vuestra forma de vida actual. (1 Pedro 4:4.)

La persecución por causa de la justicia, aun en la forma más suave de ser excluido o insultado, es una prueba. La soledad es algo que toda la gente dedicada a Dios tiene que sufrir de vez en cuando. Tristemente, algunos Cristianos se han apartado de su fe salvadora por causa de la prueba que es la persecución o simplemente por el temor a ella: 

... Éstos creen por algún tiempo, pero se apartan cuando llega la prueba. (Lucas 8:13)

Por tanto, cuando (no si) la persecución viene a usted porque está viviendo en santidad, continúe obedeciendo y deje que su luz brille. Pero también recuerde no echar sus perlas a los cerdos (aquellos que atrevidamente se oponen a la verdad de Dios) porque ellos pueden pisotearlas (Mateo 7:6).

Manténgase caminando en fe, considerando las recompensas eternas que le esperan por causa de estas persecuciones. Toda la gente santa del pasado también fue perseguida y encaró sufrimientos:

Bien sabemos que todo el que desee vivir obedeciendo a Jesucristo será maltratado. (2 Timoteo 3:12. )

Mucha gente se burló de ellos y los maltrató, y hasta los metieron en la cárcel. A otros los mataron a pedradas, los partieron en dos con una sierra, o los mataron con espada. Algunos anduvieron de un lugar a otro con ropas hechas de piel de oveja o de cabra. Eran pobres, estaban tristes, y habían sido maltratados. La gente de este mundo no merecía personas tan buenas, que anduvieron sin rumbo fijo por el desierto, por las montañas, por las cuevas y las cavernas de la tierra. Dios estaba contento con todas estas personas, pues confiaron en él. Pero ninguna de ellas recibió lo que Dios había prometido. (Hebreos 11:36-39. ).

Por la fe Moisés, ya adulto, renunció a ser llamado hijo de la hija del faraón. Prefirió ser maltratado con el pueblo de Dios a disfrutar de los efímeros placeres del pecado. Consideró que el oprobio por causa del Mesías era una mayor riqueza que los tesoros de Egipto, porque tenía la mirada puesta en la recompensa. Por la fe salió de Egipto sin tenerle miedo a la ira del rey, pues se mantuvo firme como si estuviera viendo al Invisible. (Hebreos 11:24-27).

Nosotros debemos estar dispuestos a morir por Jesús si fuera necesario y nunca avergonzarnos de Él ni de Sus palabras (Lucas 9:26).



 continuaremos en la proxima entrega



Por COMUNIDAD BIBLICA DE LA GRACIA DE JESUCRISTO

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