miércoles, 18 de mayo de 2011

EL PODER DE LAS PALABRAS

Muchos no lo creen, pero una palabra puede herir más que una bofetada, hacer más daño que el físico, y dejar cicatrices que tardan mucho más en curarse que las de nuestro cuerpo. Muchos no se dan cuenta del verdadero poder que tienen las palabras, y las usan sin cuidado y sin preocuparse. En este artículo que estoy colocando veremos el gran poder que tienen las palabras, tanto para desencadenar grandes bendiciones como para todo lo contrario.
  • “Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo” Santiago 3:2
  • “Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada; Mas la lengua de los sabios es medicina.” Proverbios 12:18 
  • “Asi también la lengua es una parte muy pequeña del cuerpo, pero puede hacer grandes cosas. He aquí, cuán grande bosque enciende un pequeño fuego!” Santiago 3:5 
  • “Todas las cosas son puras para los puros, mas para los corrompidos e incrédulos nada les es puro; pues hasta su mente y su conciencia están corrompidas” Tito 1:15
  • “El malo está atento al labio inicuo; Y el mentiroso escucha la lengua que critica.” Proverbios 17:4

Ya lo decía el sabio salomón, hace más de 3.000 años, y Santiago hace 2.000 y es que el poder de las palabras es un tema que no es nuevo. Las palabras pueden destruir una amistad, una pareja, o también pueden reconfortar y alentar a quien lo necesite. Debemos tener cuidado de cómo las usamos, porque gracias a ellas podemos ser de gran bendición, para otras personas. Voy a hacer un estudio del poder de las palabras y sus efectos desde dos puntos de vista diferentes:

Efecto de las palabras sobre los oyentes:

Cuando decimos algo incorrecto a una persona, o nos burlamos de alguien, esto ejerce un efecto negativo sobre esa persona, pero además sobre los demás oyentes. Dependiendo de la influencia que la persona agresora tenga en el grupo, podrá conseguir también que todos los que le rodean terminen pensando lo mismo, y al mismo tiempo que ellos también se burlen de esa persona. Pongamos como ejemplo el Sarcasmo. Este es, en muchos casos una forma sutil de agresividad. Si se usa de forma incorrecta, está pensado para menospreciar y herir al receptor, por lo general delante de los demás, de forma que la opinión del agresor quede confirmada por la risa de todos los demás.

Las palabras que oímos una y otra vez dejan huella en nuestros pensamientos, nos bajan la autoestima, hace que nos creamos aquello que nos dicen y actuemos inconscientemente de esa manera, para bien o para mal. "Por tu influencia inconsciente pueden los demás ser alentados y fortalecidos, o desanimados y apartados de Cristo y de la verdad." Sin embargo, las palabras de ánimos y reconocimiento de los talentos, refuerza la conducta, anima, y sube la autoestima.

Pongamos como ejemplo el siguiente:

  • Juan está aprendiendo a tocar la guitarra. María le dice a Juan que tiene un don para la música, que va progresando y que no se desanime.
  • La autoestima de Juan subirá notablemente, y se sentirá animado.
  • Dado que su esfuerzo es valorado por sus amigos y la gente que le importa, seguirá practicando hasta ser realmente bueno.
"Hay quienes tienen excelentes facultades pero se han detenido y no progresan porque no saben que las tienen. debemos actuar como espejo con nuestros amigos."

Efecto de las palabras sobre nosotros mismos:

Aunque no lo parezca, nuestras palabras ejercen un efecto positivo o negativo sobre nosotros mismos.
Para ver este efecto, mostraremos algunos ejemplos:

  • Habiendo expresado una vez una opinión o decisión, con frecuencia muchos son demasiado orgullosos para retractarse, y tratan de demostrar que tienen razón, hasta el punto de que llegan a creer que realmente la posición errónea que defienden.
  • Con frecuencia el hablar mal de una persona, nos induce a pensar que los demás hablan mal de nosotros, y nos volvemos desconfiados.
  • Hablar mal de una persona nos hace verla desde un "prisma". En concreto, no veremos nada bueno de lo que esa persona haga, sino que solo veremos sus cosas malas, lo cual servirá para reafirmar nuestra postura.
Estos son algunos ejemplos de cómo nuestras propias palabras influyen en como vemos a los demás.  Conclusión terminante: La Biblia es muy clara cuando nos habla de nuestras palabras.


  • "Presentándote tú en todo como ejemplo de buenas obras;  en la enseñanza mostrando integridad,  seriedad, palabra sana e irreprochable,  de modo que el adversario se avergüence,  y no tenga nada malo que decir de vosotros." Tito 2:7-8 
  • “Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes” Efesios 4:29


REFLEXIÓN: ¿ESTAS HACIENDO BUEN USO DE LAS PALABRAS?
La gracia sea con Ustedes.-


Por COMUNIDAD BIBLICA DE LA GRACIA DE JESUCRISTO

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