¿PUEDE USTED LLEGAR A SER UN LÍDER ESPIRITUAL PARA GUIAR A OTROS A LA VERDAD?
Dios en la antigüedad escogía personas de las filas de obreros, no del clérigo profesional, con el propósito fijo servir a la nación de Israel. Tenemos la vidas ejemplares de los Patriarcas y los Profetas, quienes llevaron la Palabra de Dios en alto, aún arriesgado sus propias vidas. Cristo hizo lo mismo en humanidad. Seleccionó mayormente hombres y mujeres laicos para su equipo misionero evangelístico, y el mundo religioso se espantó.
Actualmente ese es un procedimiento ampliamente reconocido por los títulos de academias y seminarios teológicos, aunque no siempre esto sea aprobado y avalado por nuestro Dios. Jesús escogió para Su obra personas con poca educación, de bajo nivel intelectual, de pocos recursos económicos, pero que pronto desplegaron una aptitud e idoneidad extraordinaria a consecuencia de la llenura del Espiritu de Cristo. Jesús vio en estas personas algo que nadie más veía, y bajo su mano diestra emergieron como líderes poderosos en las Sagradas Escrituras que sacudirían al mundo, zarandeaban a líderes judíos, estremecían a los líderes griegos y hacían callar bocas de gobernantes.
A los talentos latentes de ellos se les añadió ferviente devoción y furiosa lealtad, pulidas en la escuela de los fracasos y la fatiga. Las cualidades deseables en un líder espiritual estaban presentes en toda su plenitud en el carácter de nuestro Señor Jesucristo, sólo había que seguirle con fe inalterable.
Cada cristiano hoy, debería hacer de su oración al cielo una constante para que dichas cualidades puedan incorporarse más rápidamente en su propia personalidad. Así, poco a poco imitar la vida del Maestro. El agregar potencial de liderazgo a nuestras vidas que glorifique a Dios, generalmente requiere que cada día consumamos un alto contenido de la Santa Biblia.
Requiere esfuerzo, sacrificio, muchas lágrimas de sinceridad al Señor reconociendo nuestra incapacidad. Es necesario desprendernos de los elementos negativos que nos sujetan a la vida terrenal, y vislumbrar la gloria venidera. Si somos demasiado sensibles cuando nos critican y nos apresuramos a defendernos, debemos abandonar esa actitud.
Si justificamos nuestro fracaso y tratamos de culpar a otros o a las circunstancias, debemos cambiar de actitud. Si somos intolerantes o inflexibles de forma que la personas creativas que nos rodean se sientan restringidas, debemos abandonar esa actitud.
Si nos perturba algo que sea menos que la perfección en nosotros mismos y los demás, debemos quitamos eso. El perfeccionista establece metas más allá de su alcance y luego se hunde en una sensación de culpabilidad falsa cuando fracasa. Un creyente con tales características debe hace un stop en su vida ver el ejemplo del mentor espiritual por excelencia, Cristo Jesús.
Nuestro mundo es imperfecto, y no podemos esperar lo imposible. El establecer metas modestas y realistas ayudará a que el perfeccionista lidie con un problema sin desalentarse. Si no puede guardar un secreto, no trate de ser un líder. Si no puede ceder en un punto de vista cuando las ideas de alguna otra persona son mejores, ahórrese la frustración del fracaso en el liderazgo. Si quiere mantener una imagen de infalibilidad, trate de encontrar otra cosa que hacer aparte de ocuparse de guiar a las personas. Son mis mas sinceras recomendaciones.
Si desea ser un buen líder, le recomiendo que estudie ampliamente este tema primeramente en las Sagradas Escrituras guiado por el Espíritu Santo en oración. Puede leer algunos libros y realizar ajustes necesarios de acuerdo con su necesidad.
REFLEXIÓN: APRENDIENDO A SER UN BUEN LÍDER ESPIRITUAL
La gracia sea con Ustedes.-
Por COMUNIDAD BIBLICA DE LA GRACIA DE JESUCRISTO
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