EL PECADO CONTRA EL ESPIRITU SANTO
¿Cual es el pecado contra el Espíritu Santo y por qué no puede ser perdonado?
En Mateo 12:23-32 y Marcos 3:20-30 , se registra esta enseñanza.
Obsérvese que está relacionada con la acusación hecha a Jesús en el sentido de que sus obras y enseñanzas eran de origen diabólico, cuando Jesús era en realidad “Emmanuel”, o sea “Dios con nosotros” (Mat 1:23) .
Por eso puedo concluir en primer lugar que cometemos el pecado contra el Espíritu Santo cuando rechazamos terminantemente e insistentemente alguna enseñanza de la Santa Palabra de Dios, para sostener nuestras propias opiniones preconcebidas. De esta manera, lo que hacemos es perseverar en algún pecado que el Espíritu Santo nos ha señalado como tal, y es como si le atribuyéramos al diablo la verdad que El nos presentó.
Puedo decirlo también de otra manera: El pecado imperdonable es el que no se confiesa . Dios en su infinita bondad, ha prometido limpiarnos de toda maldad cuando nos arrepentimos y confesamos nuestras faltas. Así se lo afirma, por ejemplo, en Isaías 1:1-18, Miqueas 5:18-19, Salmos 103:8-12 , etc.
También el Nuevo Testamento confirma la doctrina del perdón total al anunciar al Salvador, reiterando que vino a salvarnos de “nuestros pecados” (Juan 1:29) . Que si los confesamos con arrepentimiento nos limpiará “de toda maldad” (1 Juan 1:9) . En los planes de Dios no hay limitaciones para otorgar perdón al que lo desea, ya que ese perdón esta disponible para todos.
El problema serio no los creamos nosotros mismos cuando nos encontramos con una enseñanza de la Santa Palabra de Dios que NO NOS AGRADA y, aunque tenemos alguna convicción respecto de ella, preferimos seguir y perseverar con nuestra idea u ERROR. Pues, así comenzamos a actuar contra el Espíritu Santo. Él fue enviado por Dios para guiarnos a “TODA VERDAD” (Juan 16:13) . Esa verdad está en la Santa Biblia, cuyos autores “hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo” (2 Pedro 1:21). Frente a nuestra resistencia a la verdad de las Escrituras, el Espíritu Santo sigue su obra para convencernos de nuestro error (Juan 16:8).
En esta lucha del Espíritu Santo en favor de la verdad, a pesar de nuestra simpatía e insistencia para con algún error, llegará el momento en que cederemos a los perseverantes llamados del Espíritu Santo “si realmente somos hijos de Dios” (Rom 8:9) , y reconoceremos nuestro pecado, lo confesaremos arrepentidos y recibiremos el perdón, ó puede darse el caso en que rechazaremos esas invitaciones y persistiremos en el error. Esta actitud de resistencia constante al Espíritu Santo cauteriza nuestra conciencia de tal modo que finalmente no percibiremos sus llamamientos.
De esa manera llegamos a cometer el pecado contra el Espíritu Santo , osea que por rechazar insistentemente la verdad a través de lo largo del tiempo, finalmente no sentimos la necesidad de arrepentirnos de ese pecado, y por lo tanto, tampoco lo confesamos. Por eso decía que: El pecado imperdonable es el que no se confiesa .
La Santa Biblia ó el Espíritu Santo nos aconseja: “No contristéis al Espiritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención” (Efe 4:30) . Si lo contristamos insistiendo en algún error, en algún pecado, llegaremos a sufrir la experiencia del rey rebelde, de quién se dijo: “El Espíritu de Jehová se apartó de Saúl, y le atormentaba un espíritu malo...” (1 Sam 16:14) .
Si aceptamos el ofrecimiento del Señor que no limita de ninguna forma y en ningún caso el perdón total, nunca caeremos en el pecado imperdonable. Amemos a Dios y a su Santa Palabra de tal modo y con tal intensidad que nuestro mayor gozo sea obedecerla, aunque tal medida signifique romper con viejas tradiciones o formas de vivir equivocadas que por alguna razón nos gustaban.
Aceptemos con amor la voz que nos habla en las páginas abiertas de la Palabra de Dios, es la misma voz del Espíritu Santo (2 Ped 1:21), y siempre, ante nuestro arrepentimiento y confesión, recibiremos el perdón de Dios.
REFLEXIÓN: ESTUDIANDO EL ESPIRITU SANTO
La gracia del Señor Jesucristo sea con ustedes.-
Por COMUNIDAD BIBLICA DE LA GRACIA DE JESUCRISTO