martes, 16 de noviembre de 2010

¿EL ESPIRITU SANTO ES UNA PERSONA?

¿EL ESPIRITU SANTO ES UNA PERSONA?


La doctrina de la personalidad del Espíritu Santo reviste importancia fundamental. Negarla equivale a negar su verdadera existencia, como también la existencia de la Trinidad, y lo que enseñan las Escrituras sobre el tema. No obstante ello, la personalidad del Espíritu ha sido negada en todas las épocas; primero por los monarquianos y los arrianos (Arrio llamaba al Espíritu la "energía desplegada de Dios"), y los socinianos en los días de la Reforma. En épocas más recientes su personalidad ha sido negada por Schleiermacher, Ritschl, los unitarios, los teólogos liberales, y por la mayoría de los teólogos neoortodoxos (véase el capítulo 19 para la parte histórica). Con frecuencia los que le niegan personalidad propia al Espíritu usan la palabra personificación en lugar de personalidad, pero el término no tiene para ellos el mismo significado que el que tiene la palabra personalidad en la doctrina ortodoxa.

RAZONES EN QUE SE APOYA LA DOCTRINA DE LA PERSONALIDAD

El Espíritu Santo tiene los atributos que corresponden a la personalidad
Si la personalidad consiste simplemente en poseer intelecto, emociones o sensibilidad, y voluntad, se puede demostrar fácilmente que el Espíritu Santo tiene personalidad por cuanto tiene inteligencia, emociones y voluntad propia.

1. Intelecto. El Espíritu conoce y escudriña las cosas de Dios (1 Co. 2:10-11; cp. Is. 11:2; Ef. 1:17). Se afinna que tiene mente
(Ro. 8:27, VM) y que tiene la facultad de enseñar a los hombres (1 Co. 2: 13).

2. Emociones o sensibilidad. El hecho de que las Escrituras muestran que el Espíritu Santo tiene sentimientos es una prueba
adicional de su personalidad. Por ejemplo, se dice que el Espíritu se entristece cuando los creyentes cometen actos pecaminosos (Ef. 4:3, "Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención"), hecho que no tendría sentido de no ser persona (porque una influencia no puede contristarse). En otro lugar, Pablo invoca "el amor del Espíritu" para hacer una exhortación (Ro. 15:30).

3. Voluntad. Se afirma que la distribución de los dones espirituales depende de la voluntad del Espíritu (1 Co. 12:11), y que el Espíritu tiene facultad para dirigir las actividades de los siervos de Dios. Esto lo ilustra muy bien la forma en que el Espíritu guió a Pablo en Misia y en Troas. Le prohibió a Pablo que predicase en Asia y en Bitinia, y luego lo encaminó con su comitiva a Europa mediante la visión del hombre de Macedonia (Hch.16:6-11).
Aparte de los detalles mencionados, toda la doctrina de la deidad del Espíritu constituye prueba adicional de su personalidad (como se explica en el capítulo 2).

Realiza los actos correspondientes a la personalidad.

Se atribuyen al Espíritu Santo acciones que no podrían atribuirse a una mera cosa, influencia, poder o emanación. Tales acciones, por tanto, tienen que ser las de una persona, lo cual demuestra que el Espíritu tiene personalidad.
1. El Espíritu enseña. "Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho" (Jn. 14:26).
2. El Espíritu da testimonio. "Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí" (In. 15:26); "El Espíritu mismo d a testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios"(Ro. 8: 16).
3. El Espíritu guía. "Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios" (Ro. 8:14).
4. El Espíritu convence. "Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuere, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré. Y cuando él venga, convenced al mundo de pecado, de justicia y de juicio" (Jn.16:7-8).
5. El Espíritu refrena. "Y dijo Jehová: No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; mas serán sus días ciento veinte años" (Gn. 6:3).
6. El Espíritu manda y dirige a los hombres. "Y el Espíritu dijo a Felipe: Acércate y júntate a ese carro" (Hch. 8:29).
7. El Espíritu realiza milagros. "Cuando subieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe; y el eunuco no le vio más, y siguió su camino gozoso" (Hch. 8:39).
8. El Espíritu llama para servicios especiales. "Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado" (Hch.13:2).
9. El Espíritu envía para el servicio cristiana. "Ellos, entonces, enviados por el Espíritu Santo, descendieron a Seleucia, y de allí navegaron a Chipre" (Hch.13:4).
10. El Espíritu intercede. "Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles" (Ro. 8:26).

Por John J. Alvarado D. COMUNIDAD BIBLICA DE LA GRACIA DE JESUCRISTO

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