¿ESTAS REALMENTE SEDIENTO?
¿Alguna vez tuviste una sed terrible? Hace unos años, visité a una hermana de la fe. Una tarde, mientras hacíamos un viaje de turismo, la temperatura subió a más de 40 ºC. Muerto de sed, le dije: «Oye, necesito beber algo». Cuando la hermana me dijo que se había olvidado de llevar una provisión de agua filtrada, comencé a desesperarme un poco.
Cuanto más seguíamos viaje, tanto más me preguntaba cómo sería en realidad morirse de sed. Por fin, en algñun momento la hermana dijo: «Ya sé dónde podemos ir», mientras se dirigía hacia la entrada de una casa. Una vez adentro, me encontré con el paisaje más maravilloso: ¡una máquina expendedora de agua fresca! Tomé uno de los vasitos de papel y lo llené una y otra vez. Mi cuerpo había estado privado de agua durante demasiado tiempo y entonces requirió mucho líquido para revertir los efectos de la deshidratación. Vaya experiencia!.
El salmista comparó la sed física con la espiritual: "Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía" (Salmo 42:1). Su sed se refería a un anhelo desesperado del Señor, el único Dios vivo (versiculo 2).
¿Anhelas algo que este mundo no puede proveer? Esa insatisfacción es la sed que el alma tiene de Dios. Corre hacia Aquel que es el único que puede apagar esa sed. "Porque Dios sacia al alma menesterosa, y llena de bien al alma hambrienta" (Salmo 107:9).
REFLEXIÓN: SÓLO JESÚS, EL AGUA VIVA PUEDE SATISFACER LA SED DEL ALMA.
La gracia sea con Usted.-
Por COMUNIDAD BIBLICA DE LA GRACIA DE JESUCRISTO
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