EL ANTIGUO TESTAMENTO Y 2 CORINTIOS 3:14
En primer lugar el Apóstol Pablo no podría haberse referido a lo que nosotros hoy llamamos Antiguo Testamento, porque no se llamaba así la parte de la Biblia escrita antes de Cristo. Por otra parte el Nuevo Testamento no se había escrito todavía, solamente se había comenzado a escribir alguna de sus partes. Por lo tanto, lo que algunas versiones -no en todas- se llama Antiguo Testamento, en este versículo es solo una expresión que se refiere al “pacto antiguo”, que el Apóstol presenta encontraste con el “nuevo pacto” mencionado en el versículo 6 del mismo capitulo.
Obsérvese, además, que lo “quitado” por Cristo no es el “Antiguo Testamento” sino el “velo” que impedía a muchos aprender la lección ofrecida en él (2 Cor 3:15-16). Era el velo de las tradiciones y prejuicios que a muchos les impedía comprender que Jesús era el “verdadero Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo (Juan 1:29); ese velo de prejuicios y tradiciones no los dejaba aceptar a Cristo como el garante del nuevo pacto en lugar del cordero que era sacrificado como garante del antiguo pacto.
Así como Jesús necesito valerse del Antiguo Testamento, o sea de “Moises, los profetas y los Salmos” (Luc 24:27-44), para demostrar su identidad y su obra, nosotros también lo necesitamos. Si anuláramos el Antiguo Testamento, ¿con qué probaríamos que Jesús es el Cristo?
El Nuevo Testamento es verdadero porque lo es también el Antiguo. Un Testamento no anula al otro, sino se completan maravillosamente. Así pues, el Antiguo Testamento sigue siendo la Palabra de Dios.
La gracia de Jesucristo sea con todos ustedes.-
Por COMUNIDAD BIBLICA DE LA GRACIA DE JESUCRISTO
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