Quién
puede ser considerado como nuevo creyente
Apenas
un pecador crea en el Señor y sea bautizado, es un nuevo creyente. A partir de
la semana en que ha sido bautizado, deberá participar de la reunión para los
nuevos creyentes. Después de un año, habrá escuchado la mayor parte de lo que
necesita escuchar y habrá aprendido la mayoría de cosas que debe aprender. Sólo
entonces podemos afirmar que este creyente ha recibido el adiestramiento
básico. Y de allí en adelante podemos esperar que tal persona sea edificada de
una manera más avanzada y profunda.
Tan
pronto un pecador crea en el Señor él debe asistir a la reunión para nuevos
creyentes independientemente de cuán avanzada sea su edad, de cuánta educación
haya recibido, de cuán alta sea la posición que ocupe en la sociedad o de
cuánta experiencia haya acumulado en el mundo. Si su pasado no es derribado, le
será difícil vivir apropiadamente la vida cristiana. Por tanto, cuando alguien
haya creído en el Señor y haya sido bautizado, sin importar quién sea, tenemos
que tratarlo como un nuevo creyente e invitarle a participar de las reuniones
para nuevos creyentes.
Aquellos
que nunca han recibido esta clase de adiestramiento básico, aun cuando hayan
sido creyentes por muchos años, también pueden participar de las reuniones para
nuevos creyentes si así lo desean. Estas reuniones tienen como propósito
derribar lo viejo y edificar lo nuevo. No se trata de cuántos años una persona
haya sido un creyente, sino cuanto de su pasado ha sido derribado desde que se
convirtió. Conozco un hermano que, en toda su vida, nunca ha confesado sus
pecados a nadie y, sin embargo, ¡ahora él es un hermano a quien se le ha
encargado ciertas responsabilidades! No importa por cuántos años él haya sido
un cristiano; en lo que a su experiencia espiritual concierne, necesita un nuevo
comienzo y debe asistir a las reuniones para nuevos creyentes.
Los
días en los que debemos celebrar las reuniones para nuevos creyentes
Al
hacer los preparativos que demandan esta clase de reuniones, todas las iglesias
deberían esforzarse al máximo en dedicar ya sea el miércoles o el jueves. Ya
sea que se involucre a muchos o apenas a unos cuantos, a toda la congregación o a un solo
pequeño grupo, dicha reunión debería celebrarse en un miércoles o jueves de
cada semana. Siempre que un nuevo creyente vaya a otra localidad en la que hay
una iglesia, a él le debería ser posible participar de inmediato en esta clase
de reuniones y no perderse ninguna lección.
Por COMUNIDAD BIBLICA DE LA GRACIA DE JESUCRISTO
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