EL SEÑOR JESUCRISTO
I. SU DEIDAD
En el Antiguo Testamento Dios dijo a Moisés, “YO SOY EL QUE SOY.” Este nombre fue usado frecuentemente por Jesús para demostrar Su Deidad. Cuando Él frecuentemente usaba el nombre “YO SOY,” estaba diciendo, “Yo soy Dios.”
A. “YO SOY el pan que descendió del cielo.” Juan 6:41.
B. “YO SOY la luz del mundo.” Juan 8:12.
C. “YO SOY la puerta.” Juan 10:7.
D. “YO SOY el buen pastor.” Juan 10:11.
E. “YO SOY la resurrección y la vida.” Juan 11:25.
F. “YO SOY el camino, la verdad y la vida.” Juan 14:6.
G. “YO SOY la vid verdadera.” Juan 15:1.
La deidad de Cristo significa que Cristo es Dios. La Escritura claramente enseña este importante hecho de las siguientes maneras:
A. Los atributos de Dios son usados en la Biblia hablando de Cristo.
(1) Su pre-existencia. Cristo no tiene principio. Juan 1:1-3; 17:5.
(2) Su omnipresencia. Él está con Sus siervos en todo lugar. Mateo 28:20.
(3) Su omnipotencia. Él tiene ilimitado poder. Apocalipsis 1:18.
(4) Su omnisciencia. Él tiene ilimitado conocimiento. Juan 21:17.
(5) Su inmutabilidad. “Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por los siglos." Hebreos 13:8.
B. Las obras de Dios fueron llevadas a cabo por Cristo.
(1) Él creó todas las cosas. Juan 1:3.
(2) Él sostiene el universo. Colosenses 1:16-17.
(3) Él se resucitó a sí mismo de entre los muertos. Juan 2:19.
C. Los títulos de Dios son dados a Cristo.
(1) Dios el Padre reconoce al Hijo como Dios. Hebreos 1:8.
(2) Los hombres le llamaron Dios, y Él no rehusó la adoración de ellos. Juan 20:28.
(3) Los demonios le reconocieron como Dios. Marcos 1:24.
(4) Él declaró de sí mismo ser Dios. Juan 10:30.
II. SU ENCARNACIÓN
Por la encarnación de Cristo comprendemos su venida a este mundo como hombre.
A. La venida de Cristo fue preanunciada en el Antiguo Testamento. Isaías 7:14.
Los registros históricos del nacimiento de nuestro Señor. Su nacimiento fue diferente a todos los demás nacimientos:
(1) fue concebido por el Espíritu Santo. Lucas 1: 35.
(2) nació de una virgen. Mateo 1:23.
(3) fue verdaderamente hombre, poseyendo cuerpo (Hebreos 10:5), alma (Mateo 26:38) y espíritu (Lucas 23:46).
B. Cristo vino en forma humana para:
(1) Revelar al Padre. Juan 14:9.
(2) Quitar el pecado por el sacrificio de sí mismo. Hebreos 9:26.
(3) Destruir las obras del diablo. I Juan 3:8.
Nota especial: Una de las verdades fundamentales de la fe cristiana es que Jesucristo es verdaderamente Dios y que vino a este mundo como un hombre por el milagro del nacimiento virginal. Por causa de su nacimiento no recibió la naturaleza pecaminosa o adámica (Romanos 5:12). Como hombre, Él era absolutamente sin pecado. Su vida sin pecado y Su resurrección corporal de entre los muertos confirman estas verdades.
III. SU OBRA
Bajo este encabezamiento, discutiremos la muerte del Señor, su resurrección y su ascensión. La cruz es la verdad fundamental de la revelada Palabra de Dios. Por la cruz no queremos referirnos al madero, sino al Sacrificio sobre el madero. Desde el Tabernáculo en el desierto, a través del Antiguo Testamento, la Palabra de Dios está llena con símbolos de Cristo y Su crucifixión. Él es el Cordero Pascual de Éxodo 12 y la serpiente de bronce de Números 21 y Juan 3:14-15. Él es el Pastor del Salmo 23 y el Pastor herido de Zacarías 13:6-7. Él es el Salvador sufriente de Isaías 53 y el Rey de Gloria del Salmo 24:9-10.
A. Su muerte.
(1) Nadie es salvado por la vida de Cristo sino por la muerte de Cristo.
Juan 3:14-18.
(2) Fue parte del eterno propósito de Dios. Hebreos 10:7.
(3) Fue necesaria para cumplir las profecías del Antiguo Testamento. Isaías 53:5.
(4) Fue necesaria para proveer salvación al hombre. Efesios 1:7.
(5) La muerte de Cristo fue por otros. Él murió como un sustituto.
I Corintios 15:3.
La muerte de Cristo fue suficiente, porque, en primer lugar cumplió completamente las demandas de Dios porque Cristo soportó y agotó el juicio divino contra el pecado; y en segundo lugar suple completamente toda necesidad humana porque fue la muerte de una persona infinita y por lo tanto su valor es infinito.
B. Su Resurrección
La resurrección corporal de Jesucristo fue necesaria para cumplir la profecía, para completar la obra de la cruz (Romanos 4:25), y para elevar a Cristo a su presente obra en el cielo.
El cuerpo resucitado de Jesucristo era real. No era un espíritu (Lucas 24:39). Fue el mismo cuerpo que había sido crucificado, porque tenía las marcas de los clavos y la herida en su costado (Juan 20:27).
Pero ciertamente también era un cuerpo cambiado, con poder para sobrepasar las limitaciones físicas. Después de su resurrección, Cristo apareció a algunos de sus seguidores al menos 10 veces. Mas de 500 testigos a la vez lo vieron después que resucitó y testificaron que Jesús de hecho había resucitado de entre los muertos ( I Corintios 15:6-8).
La resurrección de Cristo es una importante verdad. Si no hubiera habido resurrección, no habría fe cristiana. Este sólo evento separa el cristianismo de todas las demás religiones, ya que todas apuntan a la tumba de su líder y “salvador.” Nosotros no tenemos un Dios muerto.
Nosotros tenemos un Salvador Viviente, que triunfó sobre la muerte y la tumba y está vivo para siempre. En las cortes del mundo, el testimonio de testigos presenciales convalida la evidencia de cada caso. Las opiniones personales son de poco valor. Con alrededor de 500 testigos oculares habiendo personalmente visto al Cristo resucitado de los muertos, no queda duda de la validez de los eventos.
C. Su ascenso.
(1) Al final de su ministerio en la tierra, Cristo fue elevado al cielo (Lucas 24:50; Hechos 1:9-11). Su cuerpo fue visible para aquellos que fueron testigos oculares mientras Él ascendió al cielo para cumplir su promesa de Juan 14:2-3. Él dijo: “Voy a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis” (Juan 14:2-3).
(2) Él ascendió para poder entrar en Su gloria (Juan 17:5), y continuar su ministerio por Su gente. El primer capítulo de Apocalipsis es el testimonio de Juan sobre el Cristo entronado.
IV. SUS OFICIOS
Cristo es presentado en las Escrituras como un Profeta, un Sacerdote y un Rey.
A. Como Profeta, Él habla a los hombres lo que Dios debe decirles, y Él revela a Dios a los hombres. Juan 1:18.
B. Como Sacerdote, Él representa a los creyentes delante de Dios. Hebreos 4:14-16.
C. Como Rey, El reina hoy en los corazones de aquellos que se someten a Él. En el tiempo venidero, El reinará sobre la tierra por mil años (Apocalipsis 20:2-3). El Salmo 72 describe Su reino sobre la tierra. Desde entonces, y por la eternidad el Señor continuará siendo nuestro Rey de Reyes y Señor de Señores.
La gracia capacitante de Jesucristo, nuestro unico y verdadero Dios sea con ustedes Hermanos.-
Por John J. Alvarado D. COMUNIDAD BIBLICA DE LA GRACIA DE JESUCRISTO
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