Predicando el Evangelio eterno. Ap. 14: 6 Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo,7 diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas. 12 Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús.
martes, 22 de junio de 2010
La guia de Dios en todo momento... necesitamos esto
Ustedes se habrán encontrado, como yo, con personas que profesan ser santas, perfectas. Ahora bien, esta doctrina contiene una influencia maléfica. Tales personas les expondrán maravillosos ejercicios mentales para mostrarles que el Señor los está guiando e instruyendo. Entonces, ¿cómo pueden ustedes saber si el Señor los está guiando? Bueno, hay una forma de probarlo: "¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido" (Isa. 8: 20).
Si se suscita la enemistad del corazón humano cuando se menciona al Señor, el gran Jehová, pueden saber que la persona no tiene comunión con Dios. La gente puede pretender que tiene gran fe en Jesús, y que no hay nada que uno pueda hacer sino que Cristo lo hará por uno. Ahora bien, cuando Cristo llame a los muertos, dependerá enteramente de nuestro curso de acción si será una resurrección para vida eterna o una resurrección para condenación. De esa manera ellos mezclan estas verdades completamente con el error, al punto de que no saben qué es verdad; y si se les pide que se sienten y escudriñen las Escrituras con uno para ver qué dice el Señor, nunca conocí un caso en el que la respuesta no fuera que ellos no tienen necesidad de escudriñar las Escrituras, porque el Señor les ha dicho qué tienen que hacer.
La voz de Dios nos habla por medio de su Palabra, y hay muchas voces que vamos a oír; pero Cristo nos advirtió que debemos cuidarnos de los que nos dijeren: "Aquí está el Cristo, o allí está". Entonces, ¿cómo sabremos que los tales no tienen la verdad a menos que cotejemos cada cosa con las Escrituras? Cristo nos amonestó que estemos alerta de los falsos profetas que vendrán a nosotros en su nombre, diciendo que son el Cristo. Ahora, si ustedes toman la posición de que no tiene importancia que entiendan las Escrituras por sí mismos, estarán en peligro de ser extraviados por estas doctrinas. Cristo ha dicho que habrá muchos que en el día del juicio retributivo dirán: "Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?" Pero Cristo les responderá: "Apartaos de mí, hacedores de maldad" (Mat. 7: 22, 23).
Ahora bien, nosotros queremos entender qué es pecado: es la transgresión de la ley de Dios. Esta es la única definición que dan las Escrituras. Por consiguiente, vemos que los que pretenden ser guiados por Dios, pero se apartan de El y de su ley, no escudriñan las Escrituras. Pero el Señor conducirá a su pueblo; porque El dice que sus ovejas lo seguirán si oyeren su voz, pero que no seguirán a un extraño. Entonces, nos resulta apropiado comprender cabalmente las Escrituras. Y no necesitaremos inquirir si otros tienen la verdad, porque se echará de ver en sus caracteres.
Se acerca el tiempo cuando Satanás obrará milagros directamente a la vista de ustedes, proclamando que él es Cristo: y si sus pies no están firmemente establecidos en la verdad de Dios, entonces ustedes serán apartados de su fundamento. La única seguridad para ustedes es buscar la verdad como a tesoros escondidos. Excaven en busca de la verdad como lo harían para hallar tesoros en la tierra, y presenten la Palabra de Dios, la Biblia, delante de su Padre celestial, y digan: "Ilumíname; enséñame qué es verdad".
Y cuando el Espíritu Santo entre en sus corazones, para grabar la verdad en sus almas, no la dejarán desvanecerse fácilmente. Ustedes han ganado tal experiencia en escudriñar las Escrituras que cada punto está consolidado. Y es importante que ustedes escudriñen en las Escrituras continuamente. Deberían llenar la mente con la Palabra de Dios; porque pueden ser aislados y colocados donde no tengan el privilegio de reunirse con los hijos de Dios. Entonces querrán tener los tesoros de la Palabra de Dios guardados en sus corazones, y cuando la oposición se levante a su alrededor, necesitarán cotejar cada punto con las Escrituras.
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