miércoles, 2 de marzo de 2011

LA VIGENCIA DE LOS APOSTOLES ¿QUE DICE LA BIBLIA? P4

Raices Históricas del apostolado Moderno-Practicas


1. La Guerra Espiritual.

Los apóstoles modernos hacen mucho énfasis en la guerra espiritual, John Eckhardt dice: “Aunque cada creyente tiene un rango de autoridad para echar demonios, los apóstoles caminan y ministran en el más alto rango. Los malos espíritus y ángeles reconocen este rango. Los apóstoles son comandantes espirituales de la Iglesia. Los apóstoles como generales y comandantes, tienen la habilidad de movilizar a los santos para la guerra”. (17) Héctor Torres dice: “Estoy convencido que hay ciertas fortalezas que no pueden ser destruidas sin la unción apostólica. Estas fortalezas deben ser atacadas si queremos cumplir la Gran Comisión. Los apóstoles tienen la capacidad para hacer esto. Las fortalezas son las mentes predispuestas de las personas en un territorio particular. Estas mentes predispuestas son lugares fortificadas que nos alejan de la verdad y se sostienen con mentiras. La guerra espiritual implica eliminar estos pensamientos hasta que el individuo pueda recibir y caminar en la verdad”.

- Estos argumentos expresan una variante del concepto de la guerra espiritual que los carismáticos tienen sobre la guerra espiritual como doctrina y como práctica. Estas afirmaciones evidencian una vez más el carácter exclusivista y egocéntrico de los apóstoles modernos. ¿Y qué de los demás ministros y creyentes en el Señor?, ¿son personas desposeídos de la unción del Espíritu Santo? Si esto fuera verdad, ¿dónde quedaría la eficacia de la Palabra de Dios? (Juan 17:17; Hebreos 4:12; Efesios 6:17). La Palabra de Dios está al alcance de todo creyente como hijo de Dios.

- Cristo privilegió a los creyentes con la responsabilidad de predicar el evangelio de Cristo bajo el poder del Espíritu Santo (Hechos 1:8). Los apóstoles modernos deberían recordar que la responsabilidad de testificar de Cristo fue dado no sólo a los doce apóstoles, sino a todos los reunidos en el Aposento Alto y, por extensión a la Iglesia de todos los tiempos (Hechos 1:14-15; 2:38,39). Es cierto que la Biblia dice que no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra huestes espirituales de maldad; pero también dice que debemos vestirnos de toda la armadura de Dios para poder estar firmes contra las asechanzas del diablo (Efesios 6:11,12). 

Debemos tener cuidado de no dimensionar el poder del diablo, ni debemos tomar parte en el resurgimiento del viejo animismo. Tenemos que recordar que la autoridad legal del diablo se le fue quitado en el Calvario. La batalla decisiva de todas las edades tuvo lugar entre Cristo y Satanás en el Calvario. Es por el sacrificio de Cristo que Satanás y sus ángeles malvados serán totalmente destruidos. Cristo sentenció: “Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera” (Juan 12:31) “y…el príncipe de este mundo ya ha sido juzgado” (Juan 16:11).

- En cuanto concierne al creyente, el diablo ya no ejerce autoridad sobre él. En el Calvario Cristo satisfizo por completo las exigencias de justicia. Por la obediencia de Jesús en el Calvario, el poder de Satanás fue destruido. Y Hoy, en el nombre de Jesucristo, tenemos plena autoridad sobre Satanás y todos sus demonios.

2. Profecías.

Como el ministerio Apostólico está íntimamente ligado al ministerio profético, incluso en muchos casos para que alguien llegue a ser apóstol tiene que pasar por una evolución ministerial, es decir, primero discípulo, luego pastor, después profeta y al final apóstol, puesto jerárquico de “mayor rango”. Por eso, muy brevemente quiero referirme a las profecías como práctica.

Al respecto Bill Hamon argumenta: “Dios todavía desea que su voluntad se exprese verbalmente. Por esto ha establecido el ministerio profético como una voz de revelación e iluminación que muestra la mente de Cristo a la raza humana. El Señor también usa este ministerio para dar instrucciones específicas sobre cómo se debe cumplir su voluntad divina en la vida de un individuo. Claro está, que el ministerio del profeta no es para añadir u omitir porciones de la Biblia; al contrario, es para traer claridad y para dar más detalles sobre lo que ya está escrito. Más importante aún es que Dios nos manda a procurar y a desear el ministerio profético”.

“De hecho, este es el único ministerio que la Biblia dice que deseemos. La profecía personal inspirada por Dios es una palabra específica para el individuo. Los mismos principios bíblicos acerca de la actitud que debemos tener hacia la palabra escrita, el logos, deben ser aplicados a la palabra rhema que es declarada proféticamente. Ciertas condiciones son esenciales para recibir una profecía personal”.

- El argumento es que no hay esfuerzo por cambiar la Escritura o por igualarla. Lo que está pasando, ellos asumen, es la aclaración de la Escritura como ellos lo aplican o la dirigen al ambiente contemporáneo, así como la profecía de Agabo en Hechos 11:28. John MacArthur puntualiza al respecto, “La línea entre aclarar la Escritura y añadirle es ciertamente muy fina. Pero la Escritura no se aclara escuchando a alguien que piensa que tiene el don de profecía. La Escritura se aclara cuando se estudia cuidadosa y diligentemente (ver el relato de Felipe y el eunuco etiope (Hechos 8:28-35). No hay atajos para interpretar la Palabra de Dios correctamente” (compare Hechos 17:11; 2 Timoteo 2:15). 

MacArthur sigue diciendo: “Lamentablemente muchos carismáticos no siguen las pisadas de Pablo. En vez de eso, usan un camino muy transitado por teólogos liberales y neo-ortodoxos, por existencialistas, por humanistas y por paganos. No cabe duda de que la mayoría de los carismáticos lo hacen sin saber. Ellos dirían; “Creemos la Biblia. No queremos contradecir las Escrituras; queremos defender la Palabra de Dios”. Pero los carismáticos son atrapados en una terrible tensión al tratar de asirse de la Biblia mientras que al mismo tiempo hacen de la experiencia su verdadera autoridad. Los criterios de los líderes y teólogos carismáticos muestran su conflicto.

Por ejemplo, Charles Farah trató de armonizar la tensión entre la Palabra de Dios y la experiencia. Dándose cuenta de que hay dos palabras griegas que se traducen como “palabra”, él ideó la teoría de que logos es la Palabra objetiva, histórica, y que rhema es la Palabra personal y subjetiva. El problema con esa idea es que ni el significado griego ni el uso del Nuevo Testamento hacen tal distinción. El logos dijo Farah, se vuelve rhema cuando te habla a ti. El logos es legal mientras que rhema es experiencial. Farah escribió: “El logos no siempre se vuelve rhema, Palabra de Dios para usted” En otras palabras, el logos se vuelve rhema cuando le hable a uno. El logos histórico y objetivo, en el sistema de Farh, no tiene un impacto transformador hasta que se vuelva rhema, la propia palabra personal de uno de parte de Dios.”

“Eso suena peligrosamente cercano a lo que los teólogos neo-ortodoxos han estado diciendo por años: que la Biblia se vuelve Palabra de Dios solamente cuando le habla a uno. Pero la Palabra de Dios es Palabra de Dios sea que alguien experimente su poder o no. La Biblia no depende de la experiencia de sus lectores para volverse Palabra de Dios inspirada. Pablo dijo que la Biblia podía en sí, y de sí misma dar a Timoteo la sabiduría que lleva a la salvación (2 Timoteo 3:15). 

No necesitaba la experiencia de Timoteo que la validara.”Pablo siguió diciendo:
“Toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para la enseñanza, para la reprensión, para la corrección, para la instrucción en justicia” (2 Timoteo 3:16). Pablo enseñó que las Escrituras ya son inspiradas y provechosas, no que serán inspiradas y provechosas, dependiendo de la experiencia del lector. Claramente la Palabra de Dios es completamente suficiente”.

“Toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para la enseñanza, para la reprensión, para la corrección, para la instrucción en justicia” (2 Timoteo 3:16). Pablo enseñó que las Escrituras ya son inspiradas y provechosas, no que serán inspiradas y provechosas, dependiendo de la experiencia del lector. Claramente la Palabra de Dios es completamente suficiente”.

 Por COMUNIDAD BIBLICA DE LA GRACIA DE JESUCRISTO

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