Raices Históricas del apostolado Moderno-Doctrinas
1. “La Biblia: Un libro profético”-  Los promotores de la llamada “Restauración Apostólica y Profética”  pretenden que las iglesias reconozcan que la “Biblia es un libro  profético y apostólico”. Argumentan su concepto diciendo que “fue  escrita básicamente por profetas (Antiguo Testamento) y por apóstoles  (Nuevo Testamento)”. Esta afirmación no es cierta, puesto que las  Escrituras no fueron escritas básicamente por profetas y apóstoles,  fueron escritas por sacerdotes, estadistas y reyes. Más bien, con esa  afirmación demuestran tener un concepto distorsionado y a la vez  ignorancia de lo que es la palabra o revelación escrita de Dios (las  Sagradas Escrituras).
2. “El oficio Apostólico: Un ministerio perpetuo”
- Los apóstoles modernos argumentan “El  oficio apostólico nunca debió cesar, fue destinado a ser un oficio  perpetuo en la iglesia a través de los tiempos. Los once apóstoles  entendieron por la profecía de David que este ministerio debe ser  suplido cuando haya vacante” (Toman como base escritural el Salmo 109:8 y Hechos 1:20). Sigue diciendo John Eckardt “Este  oficio ha estado vacante durante largo tiempo en los últimos 2000 años  pasados. Cuando no hay quien tome este oficio, ni ejecute sus deberes ni  sus funciones, muchas cosas no sucederán por causa de la falta de este  oficio…Hoy está siendo suplido por aquellos a quienes el Señor ha  escogido”.
-  Los apóstoles modernos deben recordar que el Señor Jesucristo llamó  sólo a doce hombres como sus apóstoles, a la muerte de Judas, fue  elegido Matías y posteriormente fue añadido Pablo. A este grupo de  apóstoles algunos lo llaman apóstoles fundamentales o apóstoles por  nombramiento, ellos eran un grupo exclusivo y sólo ellos con un  ministerio de por vida, comisionado directamente por Jesucristo.Como  apóstoles de Jesucristo ellos: 1) tenían autoridad en la iglesia y, a  ellos se debía obediencia (Romanos 1:5; 2 Corintios 2:9; Filipenses  2:12; 2) eran los que recibían y trasmitían el evangelio (1 Corintios  15:3-7; 11:23; 1 Tesalonisenses 2:13); 3) eran quienes garantizaban la  revelación de Jesucristo (1 Timoteo 6:20; 2 Timoteo 1:12,14); 4) eran  parte de la fundación de la iglesia (1 Corintios 3:10; 9:1,2; Efesios  2:20); y 5) sus escritos debían ser usados en la iglesia como Palabra de  Dios (Colosenses 4:16; 1 Tesalonisenses 5:27; 2 Pedro 3:16). 
Por causa  de estos requisitos, los Apóstoles fueron “limitados a la primera  generación, y no debería convertirse en un oficio eclesiástico”. La  perpetuidad del oficio apostólico no puede ser sostenida desde un punto  de vista bíblico o teológico, por lo menos no en el mismo sentido que  los doce. La sucesión apostólica no es lograda a través de los obispos.  Esta idea ni siquiera tiene base desde una perspectiva bíblica o  teológica.
- Los apóstoles modernos afirman que el ministerio apostólico es el más grande ministerio que Dios pone en la iglesia.
-  En ninguna parte del Nuevo Testamento se enseña o siquiera se insinúa  alguna jerarquía ministerial. Ninguno de los apóstoles reclamó un lugar  de autoridad o preferencia en el ministerio; ni tampoco su palabra fue  ex cátedra e infalible, Pablo refutó públicamente a Pedro por su  simulación entre los judíos (Gálatas 2:11-14). 
En el Primer Concilio  celebrado en Jerusalén, ninguno de los doce apóstoles lo dirigió, fue  Santiago, el hermano de Jesús quien lo presidió (Hechos 15:13-27). Pedro  no se consideró el “apóstol mayor” o líder de una “red apostólica”, él  no demostró nunca autoridad jerárquica en la iglesia, se consideró como  un anciano más entre los demás (1 Pedro 5:1-2). 
Cuando los “apóstoles  modernos” afirman tener el mayor rango ministerial, están demostrando  gran soberbia y atrevimiento sin medida. En un buen análisis, sus  afirmaciones ni siquiera tienen lógica. Si por el hecho de ser nombrado  en algunas partes de Biblia primero el ministerio apostólico entre el de  profetas, evangelistas, pastores y maestros, el de maestro debería ser  el último en autoridad y, estaría supeditado a la autoridad superior de  los demás. 
Tendríamos que preguntarles, en la lista de dones que Pablo  da en la carta a los romanos ¿cuál es el último? (Romanos 12:6-8 y,  ¿cuál el último en la lista que Pablo da en la carta a los corintios? (1  Corintios 12:27-30). Menos mal que los apóstoles de Cristo aprendieron  bien la lección de humildad, cuando Cristo les enseñó: “Sabéis que los  gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son  grandes ejercen sobre ellas potestad. 
Mas entre vosotros no será así,  sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro  servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro  siervo; como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para  servir, y para dar su vida en rescate por muchos”(Mateo 20:25-28).
Los apóstoles modernos enfatizan que ellos son los que ponen el fundamento de la iglesia:
“Pablo  fue fundador y puso el fundamento. Los apóstoles son fundadores. Los  primeros apóstoles pusieron el fundamento de la iglesia (1 Corintios  3:10). Martín Lutero puso el fundamento para la Reforma. Jonh y Charles  Wesley pusieron el fundamento para la Iglesia Metodista. Cada movimiento  en la iglesia ha tenido quienes han puesto el fundamento. Cada  generación necesita esta clase de gente. Sin ellos, nada estaría  establecido para esta generación. El espíritu apostólico otorga la  capacidad de poner los fundamentos para nuestra generación. Sin esta  dimensión toda una generación entera podría estar perdida” “La unción  apostólica es una unción de fundamentos. Los apóstoles ponen el  fundamento en la vida del pueblo de Dios, preparándolos para recibir el  mover de Dios. Sin el ministerio apostólico, el pueblo carecerá de  fundamento para crecer adecuadamente”. 
-  Pablo declaró enfáticamente que nadie puede poner otro fundamento que  el que está puesto, el cual es Jesucristo (1 Corintios 3:11). ¿Qué sería  de la Iglesia Cristiana si estuviera sujeta al tiempo y a la diversidad  de “arquitectos” para poner nuevos fundamentos?, cada cuando algún  “apóstol” supuestamente recibe “nuevas revelaciones”. Por ejemplo, Elías  (“apóstol” taiwanés) Hong llama apóstol a Kong Duen Yee, y le atribuye  que por revelación había puesto el fundamento de la Iglesia una vez más;  y que la completa verdad que estuvo perdida por más de mil años ha sido  restaurada. ¡Qué tal atrevimiento de Elías Hong!, ¿Cómo pudo sostenerse  la Iglesia sin el fundamento que es Cristo, durante un milenio hasta  que en la década de los 60 del siglo 20 fue puesto por la apóstol  taiwanés Kong Duen Yee?
3. Nuevas revelaciones.
- John Eckhardt, es uno de los mayores exponentes del Apostolado Moderno y, el dice: “El  ministerio apostólico es un ministerio de revelación. Los apóstoles  traen claridad al Cuerpo de Cristo con respecto a los planes y  propósitos de Dios”. (15) Héctor Torres (“apóstol”) dice: “Dios  usa a los apóstoles y profetas para recibir -a través de su Santo  Espíritu- la revelación de lo escondido u oculto. Esto les es dado con  el propósito de que lo revelen a su pueblo y se instituyan los cambios  que la nueva revelación exige”.
Una de las características del Movimiento Carismático del que los apóstoles modernos son los mejores exponentes, son las “revelaciones de lo escondido u oculto”. Revelaciones innecesarias desde que el Canon bíblico se cerró al escribirse el Apocalipsis. Desde entonces ninguna profecía escrita o verbal ha sido reconocida universalmente por lo cristianos como verdad de Dios. Estas nuevas verdades y nuevas revelaciones, no son otras, sino las viejas herejías del gnosticismo que enseña que una nueva élite espiritual posee el “conocimiento oculto” del reino espiritual.
Una de las características del Movimiento Carismático del que los apóstoles modernos son los mejores exponentes, son las “revelaciones de lo escondido u oculto”. Revelaciones innecesarias desde que el Canon bíblico se cerró al escribirse el Apocalipsis. Desde entonces ninguna profecía escrita o verbal ha sido reconocida universalmente por lo cristianos como verdad de Dios. Estas nuevas verdades y nuevas revelaciones, no son otras, sino las viejas herejías del gnosticismo que enseña que una nueva élite espiritual posee el “conocimiento oculto” del reino espiritual.
Los  Apóstoles modernos colocan sus revelaciones, experiencias e  interpretaciones de las Escrituras por encima de la Palabra de Dios,  avasallando la sana hermenéutica y exégesis de la Biblia. Pablo exhortó  diciendo: “Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema” (Gálatas 1:9). Juan advirtió: “Si  alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que  están escritas en el este libro. Y si alguno quitare de las palabras del  libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y  de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro” (Apocalipsis 22:18b-19).
“Todos  los reclamos para comunicar alguna revelación adicional a la que ha  sido dada por Dios en este cuerpo de verdad son falsos reclamos y deben  ser rechazados” (George Lawlor).  Nuestra fe cristiana descansa en una revelación histórica y objetiva.  Eso excluye todas las profecías inspiradas, visiones y otras formas de  revelación hasta que Dios hable de nuevo al regreso de Cristo (Hechos  2:16-21; Apocalipsis 11:1-13).
Por COMUNIDAD BIBLICA DE LA GRACIA DE JESUCRISTO

 



