martes, 31 de mayo de 2011

Divorcio, nuevo matrimonio y adulterio P1


Un mensaje real y una respuesta bíblica. 

Realmente necesito algún aporte aquí. Si un hombre cristiano (yo) se divorcia de su esposa debido a incompatibilidad y negligencia (y varias otros sufrimientos mentales relacionados con un matrimonio que no puede o no quiere arreglarse ni siquiera con MUCHA oración), y tiene otra mujer significativa quien es también cristiana y divorciada debido a abuso y crueldad mental, ¿pueden (podemos) casarnos después de haber sido verdaderamente perdonados por Dios por divorciarnos de nuestros cónyuges? 

Hemos leído la Biblia y visto la prohibición del matrimonio de gente divorciada, pero conocemos tantas parejas cristianas que son divorciadas y vueltas a casar y tienen matrimonios buenos y sólidos y sirven bien al Señor.

Dijo usted que realmente necesitaba algún aporte. Como una persona que ha pasado miles de horas leyendo y estudiando la Biblia,  mi aporte es el siguiente:

(1) ¡Divorciarse por "incompatibilidad y negligencia" no es una razón legítima, según la Palabra de Dios! Por favor, note Mateo 5:32 (excepto donde se indica otra cosa, las citas bíblicas son de la Nueva Versión Internacional): 

"Pero yo les digo que, excepto en caso de infidelidad conyugal, todo el que se divorcia de su esposa, la induce a cometer adulterio, y el que se casa con la divorciada comete adulterio también."

En su comentario, Adam Clarke escribió acerca de este pasaje:

"No parece que hubiera ningún otro caso en el que Jesús admita el divorcio."
Similarmente, la Escritura afirma:

"Les digo que, excepto en caso de infidelidad conyugal, el que se divorcia de su esposa, y se casa con otra, comete adulterio." (Mateo 19:9).

"Todo el que se divorcia de su esposa y se casa con otra, comete adulterio; y el que se casa con la divorciada, comete adulterio." (Lucas 16:18).

"En eso, unos fariseos se le acercaron y, para ponerlo a prueba, le preguntaron: Está permitido que un hombre se divorcie de su esposa? ¿Qué les mandó Moisés? replicó Jesús. Moisés permitió que un hombre le escribiera un certificado de divorcio y la despidiera contestaron ellos. 

Esa ley la escribió Moisés para ustedes por lo obstinados que son aclaró Jesús. Pero al principio de la creación Dios 'los hizo hombre y mujer.' 'Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su esposa, y los dos llegarán a ser un solo cuerpo.' Así que ya no son dos, sino uno solo. 

Por tanto, lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre. Vueltos a casa, los discípulos le preguntaron a Jesús sobre este asunto. El que se divorcia de su esposa y se casa con otra, comete adulterio contra la primera respondió. Y si la mujer se divorcia de su esposo y se casa con otro, comete adulterio." (Marcos 10:2-12).

El Divorcio En El Tiempo De Jesús

Adam Clarke proporciona cierta información de trasfondo acerca de las varias opiniones sobre el divorcio en el tiempo de Jesús mientras comenta Mateo 19:9:

"La decisión de nuestro Señor debe de haber sido muy desagradable para estos hombres: la razón por la cual querían despedir a sus esposas era la de poder tomar otras que les gustaban más; pero nuestro Señor aquí declara que no podían volver a casarse mientras la persona divorciada estuviera viva, y que aquellos que se casaran en vida de la divorciada, eran adúlteros; y contra los tales se pronunciaban duros juicios en la ley de ellos. 

Y como la cuestión no estaba decidida por las escuelas de Shamai y de Hillel, como para basar en ella la práctica nacional, por tanto estaban obligados a seguir la declaración positiva de la ley, tal como era entendida popularmente, hasta que estas eminentes escuelas hubiesen probado que la palabra tenía otro significado. 

El gran asunto de disputa entre las dos escuelas, mencionado antes, era la palabra en Deuteronomio 24:1, 'Si un hombre se casa con una mujer, pero luego deja de quererla por haber encontrado en ella algo INDECOROSO' [palabra hebrea, eruath] - esto la escuela de Shamai sostenía que significaba prostitución o adulterio, pero la escuela de Hillel mantenía que significaba cualquier defecto corporal que dejase a la persona deformada, o cualquier mal temperamento que tornase incómoda la vida del marido. 

Un buen hombre podría soportar cualquiera de estos últimos; pero parece que Moisés permitió al marido ofendido que despidiese a la esposa por estos motivos meramente para salvarla de un trato cruel. En este discurso, nuestro Señor muestra que el matrimonio (excepto en un caso) es indisoluble, y debe ser así:

Primero, por institución divina, Mateo 19:4.

Segundo, por expreso mandamiento, Mateo 19:5.

Tercero, porque la pareja casada se tornan una misma persona, Mateo 19:6.

Cuarto, por el ejemplo de la primera pareja, Mateo 19:8; y

Quinto, por el mal consecuente con la separación, Mateo 19:9. La importancia de este asunto vindicará o excusará, espero, la extensión de estas notas."

Las Escrituras mencionadas antes acerca del divorcio y nuevo matrimonio fueron dadas por el Señor Jesús. ¡Claramente, Él afirmó que la infidelidad matrimonial (inmoralidad sexual) es la única causa para un divorcio! 

De aquí que si uno se divorcia de su esposa por cualquier otra razón aparte de la inmoralidad sexual, sin importar cuál sea esa razón, es acusado por estos versículos! ¡Si tal persona se "casase" entonces con otra, no solamente estaría cometiendo adulterio, sino que la persona a la que "desposa" estaría igualmente cometiendo adulterio! Todas las personas solteras necesitan conocer estos hechos antes de que consideren desposar a alguien que puede ya no ser elegido de nuevo para el matrimonio, o sea una persona divorciada

Cuando consideramos pasajes como 1 Corintios 6:9,10 y Apocalipsis 21:8 solamente podemos concluir que un matrimonio adúltero, como se lo refiere en Mateo 5:32 y 19:9, resultará en que ambos contrayentes sean arrojados al lago de fuego, esto es, a menos que aquello cese y hallen perdón por su adulterio.

La Parte Inocente
Por otro lado, Lucas 16:18 parece enseñar que hasta la parte inocente de un divorcio no escritural, que vuelve a casarse, se torna culpable de adulterio:

"Todo el que repudia a su mujer, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada del marido, adultera." (Reina-Valera 1960).

El Apóstol Pablo dio estas instrucciones acerca del nuevo casamiento a los cristianos de su tiempo:

"A los casados les doy la siguiente orden (no yo sino el Señor): que la mujer no se separe de su esposo. Sin embargo, si se separa, que no se vuelva a casar; de lo contrario, que se reconcilie con su esposo. Así mismo, que el hombre no se divorcie de su esposa. Pero al resto les digo yo (no es mandamiento del Señor): Si algún hermano tiene una esposa que no es creyente, y ella consiente en vivir con él, que no se divorcie de ella. Y si una mujer tiene un esposo que no es creyente, y él consiente en vivir con ella, que no se divorcie de él. Porque el esposo no creyente ha sido santificado por la unión con su esposa, y la esposa no creyente ha sido santificada por la unión con su esposo creyente. Si así no fuera, los hijos serían impuros, mientras que, de hecho, son santos. Sin embargo, si el cónyuge no creyente decide separarse, no se lo impidan. En tales circunstancias, el cónyuge creyente queda sin obligación; Dios nos ha llamado a vivir en paz." (1 Corintios 7:10-15).

La palabra griega traducida "separarse" en los versículos 10, 11 y 15 es también hallada en Mateo 19:6 y Marcos 10:9 con respecto al divorcio:

"Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre."

"Por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre."

Pero por otra parte, la misma palabra griega no necesariamente se refiere al divorcio:

"Después de esto, Pablo se marchó de Atenas y se fue a Corinto." (Hechos 18:1).

"Tal vez por eso Onésimo se alejó de ti por algún tiempo, para que ahora lo recibas para siempre." (Filemón 15).



Por COMUNIDAD BIBLICA DE LA GRACIA DE JESUCRISTO

domingo, 29 de mayo de 2011

LOS TIBIOS!!! .. ¿eres tu un@ de estos?..

Los Tibios
Sorprendentemente, ¡hay un tipo de cristianos que da nauseas a Jesús! Esta clase de cristiano existía en el cristianismo del primer siglo y existe todavía en la actualidad. El Señor habló de él en Apocalipsis 3:14-22. Un hijo de Dios en tal condición no es ni frío ni caliente para las cosas de Dios – reuniones de oración, estudios bíblicos, compañerismo cristiano, comunión, socorrer a los necesitados, ofrendar, luchar por la fe, hablar la verdad con amor, mostrar el fruto del Espíritu, luchar contra el pecado personal, etc.  

Ellos en realidad no desean la Palabra de Dios, ¡la cual es necesaria para el crecimiento espiritual (1 Pedro 2:2)! No se mantienen firmes en la enseñanza de los apóstoles ni en la comunión, ni tampoco en la oración (Hechos 2:42).  

Ellos obedecen de pensamiento, palabra y obra sólo cuando les conviene. Cuando no es conveniente obedecer, no lo hacen. En otras palabras, ellos están comprometidos solamente hasta el grado de interés de su propia conveniencia, la cual cambia constantemente. 

Su temperatura espiritual es tibia – algunas veces caliente y otras veces fría, pero nunca establemente ni la una ni la otra. (Para entender mejor qué es la tibieza, considere cual es el resultado si se mezclan cantidades iguales de agua fría y caliente.) 

Lo asombroso de los tibios es que no se dan cuenta de su necesidad o del peligro en el que están. En su condición espiritual infeliz, miserable, pobre, ciega y desnuda, (NVI) ellos piensan que no les hace falta nada. ¡Tan engañados están!  

Por lo tanto, la necesidad vital de cambiar está escondida de sus ojos enceguecidos y no constituye la prioridad que debería constituir. Imagínese estar en tal peligro espiritual y pensar que todo está bien. Esto es, de hecho, una realidad para muchas personas en nuestros tiempos modernos.

Impresionantemente, congregaciones enteras pueden estar en esta condición, como fue el caso en Laodicea en los días de Juan. Quizás el ambiente de la ciudad de Laodicea ayudó a inducir a los cristianos de allí a esta repugnante condición espiritual. Era un centro bancario que también era conocido por la manufactura de exquisitas ropas de lana negra y por su escuela de medicina que fabricaba polvos para el tratamiento de problemas oculares. (Esto puede explicar el consejo que Jesús dio acerca de las riquezas, las ropas y el colirio). Vida fácil, comodidad y placer eran cosas a las que aquellos cristianos estaban acostumbrados en ese tiempo, ¡Al igual que los cristianos en América hoy en día! 


Además de la afluencia de Laodicea afectándolos desfavorablemente, los maestros en esa región podrían haber estado distraídos y “durmiendo". Eso quiere decir que después del pasaje bíblico de apertura del sermón (si es que se leía algún pasaje), ya no había más necesidad de una Biblia ya que el resto del sermón de veinte minutos estaría lleno de cuentos y cosas parecidas. 

Si tales "pastores" pudieran envasar su habilidad para inducir al sueño natural, sacarían del mercado a las industrias de píldoras para dormir. Además de contar cuentos desde el púlpito, también se usan chistes para hacer que todos se sientan contentos y relajados, pero eso también destruye la convicción del Espíritu Santo y le quita el tiempo a la corrección, la reprensión y al ánimo mutuo (2 Timoteo 4:2).

En nuestros días existe otra forma de crear tibieza que no existía en los días de los Laodiceos, y es ver la televisión. ¡Esta herramienta maligna del adversario no solamente consume el valioso tiempo libre que tenemos para servir a Dios sino que exalta los valores mundanos promoviendo los deseos sexuales, la violencia, el materialismo, la mentira y cosas semejantes!

Jesús Los Vomitará

¿En qué tipo de peligros estaban los tibios en Laodicea? ¡Estaban al borde de ser vomitados de la boca de Jesús según el verso 16! La palabra griega es efectivamente vomitar. Pronto estos cristianos tibios serían expelidos del Cuerpo de Cristo de la misma manera en que algo que produce náuseas en nuestro estómago debe ser expelido para sentir alivio. Este era su futuro asegurado, si ellos escogieran ignorar el consejo de Jesús de ser fervorosos y arrepentirse.  

El amoroso y paciente Señor no podía soportar más y dio su ultimátum en forma de  advertencia. En aquel momento, así como ahora, los poco entusiastas, los indiferentes, los despreocupados y los tibios fueron forzados a tomar su decisión más importante, una decisión que afectaría la continuidad o el fin de sus vidas espirituales.

Jesús dijo en los versículos 15 y 16:

Conozco tus obras; sé que no eres ni frío ni caliente. ¡Ojalá fueras lo uno o lo otro! Por tanto, como no eres ni frío ni caliente, sino tibio, estoy por vomitarte de mi boca. (Apocalipsis 3:15,16. NVI)

De acuerdo con esto, la escala de preferencia de Jesús va de caliente como acceptable, frío como medianamente acceptable, y tibio como no acceptable. La palabra traducida como caliente en griego significa: caliente hirviente (W. E. Vine, An Expository Dictionary of New Testament Words Diccionario Expositivo De  Palabras Del Nuevo Testamento Old Tappan, NJ: Fleming H. Revell Company, 1966, Vol. II, p. 235). En otras palabras, ¡Jesús quería que ellos (así como nosotros) sean ardientes todo el tiempo! Esta no es una gran revelación para el estudiante serio de la Biblia. 

No obstante, ¡también es sorprendente que Jesús haya dicho que él prefería que ellos fueran fríos en lugar de tibios! ¿Por qué Jesús, que mandó a todo el mundo a "entrar por la puerta estrecha" (Mateo 7:13,14), hizo esa aseveración tan alarmante? ¿Podría ser porque si ellos fueran fríos, su ejemplo no afectaría dañinamente a tantos con su indiferencia y desinterés?  

Más aun, sería más fácil para uno que es frío ver su necesidad de arrepentimiento que para uno que es tibio. Quizás Jesús estaba, por lo tanto, pensando en la influencia negativa que ellos tenían sobre otros así como en el propio beneficio de ellos. 

El Amor Del Señor Jesús

El amor del Señor Jesús es asombroso. En Apocalipsis 3:19,  vemos que Jesús ama al cristiano tibio, ¡el cual está en una peor condición que el que es frío! Sin embargo, el amor de Jesús por los tibios le hará reprenderlos y disciplinarlos (v. 19). Esto muestra claramente que algunas, aunque no todas, las cosas negativas que le suceden a los cristianos, especialmente a los tibios, son enviadas directamente por Dios para lograr que ellos se acerquen más a Él. Hebreos 12:11 dice: 

Ciertamente, ninguna disciplina, en el momento de recibirla, parece agradable, sino más bien penosa; sin embargo, después produce una cosecha de justicia y paz para quienes han sido entrenados por ella. (NVI)

Es más, todos los cristianos son sometidos a la disciplina de Dios, ¡no solamente los tibios (Hebreos 12:7,8)! Jesús someterá a los de corazón endurecido a la reprensión, y luego a la disciplina por su propio bien.

Proverbios 15:10 dice:

La disciplina severa es para el que abandona el camino. (LBDLA)

La reprensión para los Laodiceos fue probablemente emitida al leer Apocalipsis 3:14-22. No hay forma posible de determinar cuál fue la disciplina del Señor para ellos. Sin embargo, sabemos que Dios disciplinó a los israelitas enviándolos al exilio (Isaías 26:13-16) y también cuando estuvieron en el desierto durante cuarenta años (Deuteronomio 8:2-5). Si los tibios responden acercándose a Dios, aparentemente lo lograrán solamente a través de la reprensión y la disciplina.  

(¡Desafortunadamente, algunos no responderán ni aun a la disciplina, Jeremías17:23!) El futuro para todos los tibios es: primero una reprensión, luego la disciplina, y luego ser expelidos del Cuerpo de Cristo, si aun así no eligen ser fervorosos y arrepentirse (Apocalipsis 3:19). 

¿Cuánto Más Soportará Dios?

¿Cuánto soportará Dios antes de vomitar a los tibios del Cuerpo de Cristo? No se puede dar una respuesta bíblica definitiva. Ha de variar de individuo a individuo dependiendo de su privilegio espiritual y de cuán frecuente y severamente Dios haya tratado con el tal con respecto a su rebelión.

Dos cosas son seguras: primeramente, Dios está tratando de mantenernos en el Cuerpo y en la Vid. ¡El no está tratando de echarnos de su familia, sino de mantenernos en su familia!

En segundo lugar, si nosotros persistimos en desobedecer, Dios honrará nuestro libre albedrío y nos dejará marchar hacia nuestra muerte espiritual y hacia el lago de fuego.

También podemos concluir que uno puede ser tibio y aun ser salvo por un tiempo, como fue el caso de los Laodiceos. Ellos eran salvos en el momento en que se les dio la advertencia de Apocalipsis 3:14-22, pero eso cambiaría si ellos no querían cambiar.
 
Jesús dijo:

Al que salga vencedor le daré el derecho de sentarse conmigo en mi trono, como también yo vencí y me senté con mi Padre en su trono. (Apocalipsis 3:21. NVI)

El contexto nos dice que él estaba hablando sobre vencer la tibieza, la cual es probablemente un mayor problema hoy en día que lo que fue en aquel entonces.


Por COMUNIDAD BIBLICA DE LA GRACIA DE JESUCRISTO

sábado, 28 de mayo de 2011

ESTUDIO BIBLICO SOBRE LOS DONES ESPIRITUALES

DEFINICIÓN:

Un don espiritual es una habilidad sobrenatural dada por Cristo al creyente por medio del Espíritu Santo en el momento de su salvación.

Se deben hacer dos distinciones:

La distinción entre el don del Espíritu, que es la persona misma del Espíritu Santo (Hechos 2:38), y los dones del Espíritu, que son determinadas habilidades espirituales. La distinción entre los dones (habilidades de naturaleza espiritual) y las aptitudes humanas (de carácter natural).

EL ALCANCE DE LOS DONES:

Cada creyente ha recibido por lo menos un don espiritual. Tiene uno o más dones, y no recibirá otros aunque los pretenda. "Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios. (1ª Pedro 4:10) ; "Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo" (Efesios 4:7)"; "Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como El quiere" (1ª Cor.12:11).

Ningún creyente tiene todos los dones. Los que tiene le fueron dados, no los eligió ni los consiguió por su propia voluntad o esfuerzo. (1ª Cor. 12:29/30).-

EL PROPÓSITO DE LOS DONES:

a) Glorificar a Dios (Efesios 3:21)
b) La edificación del cuerpo de Cristo (La Iglesia) ( Efesios 4:12)

EL EJERCICIO DE LOS DONES:

Cada creyente debe identificar, valorar y desarrollar el don que ha recibido conforme a la gracia de Dios (2 Timoteo 1:6 y 1ª Timoteo 4:14)
El llamamiento de Dios a un determinado servicio está ligado a la posesión del don correspondiente.
La posesión de un don no es sinónimo de espiritualidad. A los corintios no les faltaba ningún don, pero muchos hermanos vivían como carnales. (1ª Cor. 1:7 y 1 Cor. 3:1/3).
En esa condición espiritual un creyente puede cometer errores como los siguientes:

a) No usar los dones concedidos.
b) Pretender poseer dones que no le fueron concedidos.
c) Usar los dones sin amor (1ª Corintios 13:1)
d) Jactarse de los dones recibidos, es decir, usarlos para su propia vanagloria y no para la gloria del Señor

LA DESCRIPCIÓN DE LOS DONES:

Se encuentra en 1ª Corintios 12; Romanos 12 y Efesios 4 .- Los dones deben clasificarse en dos grupos:

a) Los permanentes (necesarios hoy para la edificación del cuerpo de Cristo)
b) Los transitorios (necesarios en el pasado para la fundación y arraigo de la Iglesia)

Dentro de este último grupo tenemos los dones de señal o dones espectaculares, que fueron dados por tres razones:

1) Para autenticar el ministerio del Señor Jesucristo.(Hechos 2.22)

2) Para autenticar el ministerio de los Apóstoles. "Testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y diversos milagros..." (Hebreos 2:3/4) (Ver también 2ª Cor. 12:12)

3) Para testimonio de los judíos. (1ª Cor. .1:22). Estos dones eran necesarios antes de que se completara el Nuevo Testamento, pues daban credibilidad al mensaje que anunciaban los enviados de Dios. Cuando culminó la entrega de las Sagradas Escrituras ("la fe que ha sido una vez dada a los santos" Judas vs.3), tales dones ya no fueron necesarios porque el testimonio de Dios está completamente expresado en las Escrituras.

"Palabra fiel es ésta, y digna de ser recibida por todos." (1ª Timoteo 4:9) "Escudriñad las escrituras... ellas son las que dan testimonio de mí" (S.Juan 5:39) "Si alguno enseña otra cosa y no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad, está envanecido, nada sabe y delira... (1ª Tim. 6:3)

LOS DONES TRANSITORIOS:

1) Apóstoles: (Apóstolos = Uno enviado) Los apóstoles eran hombres llamados e instruidos por el Señor mismo, y revestidos con un poder especial, con el objeto de poner los fundamentos de la naciente iglesia (Efesios 2:20 y 1ª Cor. 3:10), trasmitiendo la doctrina de Cristo a través de los escritos inspirados. Una de las condiciones del apostolado era haber visto al Señor Jesucristo resucitado. (Hechos 1:22) (1ª Cor. 9:1).
Este don ya ha dejado de tener vigencia, y quienes hoy pretendan adjudicárselo deben ser considerados como "falsos apóstoles y obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo" (2ª Cor.11:13) "Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo"(1ª Cor. 3:11)

2) Profetas: del griego propheteia, Pro: delante, Phemi: hablar, es decir, hablar por otro. El profeta tenía un poder divinamente impartido para anunciar la revelación de los propósitos de Dios. Exponía la mente de Dios con anterioridad a la plena revelación de las Escrituras.

En este tiempo Dios no se vale de "profetas"
porque "todo el consejo de Dios" se encuentra ya revelado en las Escrituras. "Dios habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo..." (Hebreos 1:1/2) "...pero las profecías se acabarán" (1ª Cor. 13:8) "porque en parte conocemos y en parte profetizamos; mas cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará" (1ª Cor. 13:9/10). "Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos..." (2ª Pedro 1:19) "...porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo" (2ª Pedro 2:21).

De manera que ahora NO hay profetas genuinos porque tenemos en las Escrituras la totalidad de las profecías. Sin embargo Dios nos advierte que "...muchos falsos profetas han salido por el mundo" (1ª Juan 4:1b), -"No envié yo a aquellos profetas, pero ellos corrían, yo no les hablé, mas ellos profetizaban" (Jeremías 23:21) - por lo que su consejo es: "Pero vosotros, amados , tened memoria de las palabras que antes fueron dichas por los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo (Judas vs.17)

3) El don de hacer milagros: Era una habilidad sobrenatural de realizar acciones dejando momentáneamente de lado el orden de la naturaleza, para autenticar como de procedencia divina el ministerio y el mensaje de un siervo de Dios. "Y ahora, Señor, mira sus amenazas y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra, mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades y señales y prodigios mediante el Nombre de tu santo Hijo Jesús." ( Hechos 4:29). No dudo de que Dios sigue haciendo milagros en su soberana voluntad, pero el don de hacer milagros ha cesado como tal, y nadie puede atribuírselo hoy. Además debemos tener presente que la capacidad en sí de hacer milagros no es necesariamente una manifestación del Espíritu Santo.

Los hechiceros de Egipto (Éxodo Cap.7/8) lograron imitar parte de los milagros de Moisés, y en lo futuro "se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aún a los escogidos" (S.Mateo 24:24) Además "Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿No profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad" (S.Mateo 7:22/23)

4) El don de sanidad: Era una habilidad sobrenatural para curar todas las enfermedades corporales, fueran de origen físico, mental o demoníaco.

Quienes poseían tal don podían curar instantánea y completamente a cualquier enfermo, -presente o distante- independientemente de la fe de éste.

Los apóstoles no reprochaban falta de fe a nadie, la fe la tenían los apóstoles. "...muchos venían a Jerusalén, trayendo enfermos y atormentados de espíritus inmundos; y todos eran sanados" (Hch. 5:16)

Como en los casos antes referidos, el don de sanidad era una señal más que corroboraba el ministerio de algunos siervos de Dios y la autoría divina de la revelación inspirada.

Por el hecho de ser sanados, los enfermos no obtenían la salvación, sino únicamente la curación de sus cuerpos.
Quienes de entre ellos se salvaron, lo fueron por depositar su fe en Cristo como Salvador personal.

Debemos diferenciar el don de sanidad -que ha cesado- de la sanidad misma.
Dios puede sanar a voluntad mediante su obrar milagroso en respuesta a la oración de fe.

Es necesario orar a Dios, sin desechar los recursos de la medicina que El pone a nuestra disposición. Pero no hay ninguna evidencia bíblica ni práctica, que muestre que los que pretenden tener el don de sanidad lo estén ejerciendo como don espiritual. Por lo contrario, si analizaran las Escrituras, muchas de estas personas se convencerían de que la energía que los mueve no proviene del poder del Espíritu Santo.

5) El don de fe: El vocablo original es "pistis" que no se refiere a la fe que salva, ni a la confianza que el creyente ejercita constantemente, sino a aquel don que se manifestaba en hechos determinados con propósitos especiales. (Ej: milagros).

Por consiguiente, este don puede definirse como la confianza en Dios impulsada por el Espíritu Santo, que hacía capaces de hacer milagros o hazañas a algunos de sus siervos. (Ver S.Marcos 11:23 y 1ª Cor.13: 2)

Una vez más es necesario diferenciar el don de fe -otorgado sólo a algunos- del ejercicio de la fe que todos los creyentes detentan.

6) El don de lenguas: Era la habilidad de hablar en un idioma desconocido sin haberlo aprendido previamente.

a) Las lenguas eran una señal para los incrédulos, en particular para el pueblo judío. "...En otras lenguas y con otros labios hablaré a este pueblo; y ni aún así me oirán, dice el Señor. Así que, las lenguas son por señal, no a los creyentes, sino a los incrédulos" (1ª Cor.14:21/22) Esta referencia está tomada del pasaje de Isaías 28:11/12 y se refiere a las circunstancias de esclavitud en que se encontraría el pueblo de Israel en razón de su desatención a la Palabra de Dios.

La presencia de lenguas extrañas -las de sus opresores- les habría de ser como señal del castigo divino y no de su favor. La señal de las lenguas desde Pentecostés marcó el fin de los privilegios de la nación de Israel como pueblo de Dios "...hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles" (Romanos 11: 25)

b) De acuerdo con 1ª Cor. 14:4, podría afirmarse que las lenguas eran también un medio para la edificación propia del creyente, e incluso hay quienes hoy pretenden justificar el uso privado de las lenguas con ese propósito, pero el contexto, refiriéndose constantemente a la iglesia local reunida, muestra que el Apóstol, lejos de abogar por el uso de las lenguas para la edificación propia, en realidad cuestiona todo uso del don que no tuviera como resultado ayudar a otros.

Pero ese don ya ha cesado, ("...y cesarán las lenguas..."-1ª Cor. 13:8-), habiéndose terminado de escribir el Nuevo Testamento.


Ahora el medio para la edificación de los creyentes es toda la Escritura, sin necesidad de otros canales "revelatorios" porque: "Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra." (2ª Tim. 3:16/17) y, "...la Palabra del Señor permanece para siempre". (1ª Pedro 1:25)

No obstante, hay quienes cultivan el balbuceo de sonidos no inteligibles, -muchas veces con deformación de la voz natural- porque se prestan a la influencia de otro espíritu.

Ello es observable aún hasta en personas no regeneradas de muchos grupos religiosos, incluidos ciertos católicos, por lo que puedo concluir en que dicho fenómeno no tiene relación con el Espíritu Santo.


Por otra parte, en muchos casos se insiste en la pretensión de que todos los miembros deben recibir el don de lenguas como evidencia del bautismo del Espíritu Santo.

Este error doctrinal empuja a muchos hermanos a la simulación del don, por compromiso ante la presión de la insistencia, y por falta de discernimiento.

Debemos guardarnos de estos errores que sólo perjudican la Verdad Divina y causan confusión a los oyentes.


7) El don de interpretación de lenguas: Era la habilidad sobrenatural de interpretar aquellos mensajes que se pronunciaban en lengua desconocida.

Obviamente este don se hizo innecesario al cesar el don de lenguas, por lo que ya no tiene vigencia.


8) El don de ciencia: Era la habilidad sobrenatural de recibir por revelación el conocimiento de las verdades, misterios y propósitos de Dios mismo. (si "entendiese todos los misterios y toda ciencia... 1ª Cor. 13:2 )

Veamos como ejemplo el pasaje de Romanos 11:25 donde el apóstol Pablo escribe: "No quiero hermanos que ignoréis este misterio" procediendo a explicar a continuación los propósitos de Dios para con Israel.

Luego, y en relación con el tema, en el vs.33 exclama: " ¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios e inescrutables sus caminos!

En Efesios 1:8/9, refiriéndose a Dios y a las riquezas de Su gracia, dice: "...que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia, dándonos a conocer el misterio de su voluntad." Y en Efesios 3:3/5 .."que por revelación me fue declarado el misterio"..."leyendo lo cual podéis entender cuál sea mi conocimiento en el misterio de Cristo, misterio que en otras generaciones no se dio a conocer a los hijos de los hombres, como ahora es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu". En lo tocante a nosotros, las verdades de Dios están escritas, y los misterios develados en las Escrituras.

Ahora podemos lograr todo el conocimiento necesario leyendo y estudiando la Palabra del Señor. Por
consiguiente, el don de ciencia cesó como tal. ("... y la ciencia acabará.") 1ª Cor. 13:8

9) El don de sabiduría: Era la habilidad sobrenatural de comprender y aplicar correcta y espiritualmente la información recibida a través del don de ciencia.

Quien poseía este don estaba capacitado por el Espíritu Santo para discernir espiritualmente las cosas de Dios. "Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu, porque el espíritu todo lo escudriña, aún lo profundo de Dios (1ª Cor. 2:10) " lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual" (1ª Cor. 2:13) -Es decir, interpretando lo espiritual por medios espirituales- "Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria" ( 1ª Cor. 2:7)

Notemos que el apóstol utiliza el pronombre nosotros para referirse a sí mismo y a aquellos que define como "servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios."
(Cap.4:1) Sin embargo, cuando se refiere a los hermanos en general, utiliza el pronombre vosotros, haciendo una clara distinción entre unos y otros.

Podemos precisar entonces que el don de sabiduría estuvo reservado a determinados siervos de Dios para interpretar adecuadamente la revelación.

"Y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es para salvación; como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito, casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición (2ª Pedro 3:15/16). Completado lo que está escrito, el don cesó.

No obstante, adquirimos sabiduría por el aprendizaje y asimilación de las Escrituras, escudriñándolas con la guía del Espíritu Santo, y obedeciendo el mandato de Colosenses 3:16: "La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales".

10) El don de discernimiento de espíritus: Era una habilidad sobrenatural para distinguir entre la doctrina genuina inspirada por el Espíritu Santo y las doctrinas de demonios.

Debemos considerar como dos cosas distintas el don de discernimiento de Espíritus, (que selectivamente tenían algunos creyentes) y la autoridad de echar fuera demonios que el Señor Jesucristo confirió a sus apóstoles. "Y estableció a doce, para que estuviesen con él, y para enviarlos a predicar, y que tuviesen autoridad para sanar enfermedades y para echar fuera demonios". (S.Marcos 3: 14/15) [Hay quienes hoy, sin ninguna base escritural correcta, pretenden discernir espíritus para así identificarlos por su nombre y expulsarlos de una persona o territorio.]

Quienes poseían el don de discernimiento de espíritus estaban capacitados para reconocer si una doctrina era verdadera o falsa, evitando que se infiltraran errores doctrinales en la revelación aún no concluida entonces.

Totalizada la revelación, este don -selectivo como todos los demás- ya no fue necesario como tal, y a ninguno le es dada la facultad de discernir espíritus, aparte de aquel discernimiento que pertenece a todos los creyentes por igual.

En ese sentido, el discernimiento espiritual no se nos otorga ahora como un don, sino que es el resultado de la madurez que todo creyente debiera alcanzar.

"Pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal" (Heb.5:14)

Además, toda opinión en la iglesia tiene que estar fundamentada en la Palabra revelada por el Espíritu, considerando siempre que el Espíritu no se contradice, ni agrega, ni quita a lo que ha revelado "una vez".

Nadie puede hoy invocar discernimiento de espíritus para enseñar algo caprichoso o personal contrario a las enseñanzas de las Escrituras.


Ahora podemos determinar a la luz de la Palabra escrita, la procedencia de toda doctrina

Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios..." (1ª Tim. 4: 1)

"Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, (la doctrina de Cristo) no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡Bienvenido! (2ª Juan vs.10).

"Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus, si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo." (1ª Juan 4:1)

No debemos aceptar como de Dios ninguna enseñanza que no resista la prueba de Su Palabra.

LOS DONES PERMANENTES:

1) Evangelistas: El vocablo proviene del griego euangelistés. ( Eu=bien angelos= mensajero) es decir: mensajero de lo bueno. Un evangelista posee la habilidad sobrenatural de realizar obra de evangelización como parte esencial de su ministerio. El evangelista es el siervo a quien Dios le dio el ministerio de la reconciliación (2ª Cor.5:18) "Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros..." (2ª Cor. 5:20) El mensaje que entrega es el que proviene de Dios, trasmitiéndolo a sus oyentes en forma fiel y comprensible.

Pero el evangelista no solamente está capacitado por Dios para presentar con claridad el mensaje del Evangelio, sino que puede lograr el cumplimiento de su ministerio con sobriedad (templanza, sensatez) aún bajo condiciones adversas, soportando, con el auxilio del Señor, la oposición, la persecución y las aflicciones. El consejo escritural es: "Que prediques la Palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo.." (2ª Tim. 4:2) "Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio". (2ª Tim.4:5

El apóstol y evangelista Pablo relata su experiencia como ministro de Cristo: "...en caminos muchas veces; en peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de los de mi nación, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos; en trabajo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez;..." (2ª Cor. 11:26/27) "Pero el Señor estuvo a mi lado, y me dio fuerzas, para que por mí fuese cumplida la predicación, y que todos los gentiles oyesen. Así fui librado de la boca del león." (2ª Tim. 4:17)

2) Maestros (don de enseñar): Es la capacidad de impartir enseñanza escritural en forma clara y especial para la edificación de los creyentes.

El maestro genuino, dotado por el Espíritu Santo, usa bien la Palabra de verdad, y no apartará su oído de ella ni se volverá a las fábulas
"Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas." (2ª Tim.4:3) "Pero tú habla lo que está de acuerdo con la sana doctrina" (Tito 2:1)

Los maestros son llamados a entregar "todo el consejo de Dios" (Hechos 20:27)

"lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu..." (1ª Cor.2:13)

Lo enseñado por el Espíritu está contenido sólo en las Sagradas Escrituras, por lo que la función de maestro entraña el compromiso de estudiar y escudriñar la Palabra.

El verdadero maestro no es el "generador" de la enseñanza que trasmite, sino aquel que es "retenedor de la Palabra fiel tal como ha sido enseñada, para que también pueda exhortar con sana enseñanza..."
(Tito 1:9)

Los dones de pastor y de maestro no son la misma cosa, aunque pueden estar unidos en una misma persona.

La distinción que Pablo hace en 1ª Timoteo 5:17 permite deducir que se puede ser maestro (enseñador), sin ser pastor, y que el pastor no necesariamente debe ser maestro, no obstante que su función implica la responsabilidad de ser "apto para enseñar" aunque no sea en plenitud un maestro.

3) Pastores: Como en los demás casos considerados, se trata del desempeño de una función y no del otorgamiento de un título.

El uso general del vocablo se refiere a alguien que cuida manadas o rebaños, y que los alimenta. En el concepto bíblico se refiere a aquellos hermanos que Dios establece para ejercer la conducción espiritual en una iglesia local.

Los pastores, o ancianos, que no están sobre los hermanos sino entre ellos, son llamados a apacentar..."la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey" (1ª Pedro 5:1) . "...mirad por vosotros y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual El ganó por su propia sangre" (Hechos 20:28)

Los pastores cuidan "la grey de Dios", es decir la congregación. La expresión que está entre vosotros" hace referencia a la iglesia local a la que los ancianos pertenecen.

El pastoreo incluye fundamentalmente la alimentación de la grey, con la responsabilidad de hablar "..conforme a las palabras de Dios."
(1ª Pedro 4:11) Los ancianos deben aportar lo que conduce al crecimiento espiritual de la iglesia, "para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina.." (Ef. 4:14)

"Acordaos de vuestro pastores, que os hablaron la Palabra de Dios..." "No os dejéis llevar de doctrinas diversas y extrañas; porque buena cosa es afirmar el corazón con la gracia..." (Heb. 13:7 y 9) "...porque ellos (los pastores) velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta (Heb. 13:17)

El término velar significa permanecer alerta, vigilar o hacer de centinela, para advertir a tiempo si algún peligro se cierne sobre la congregación.

El apóstol Pablo previno a los ancianos de la iglesia de Efeso sobre la amenaza de los "lobos rapaces" y de aquellos que hablarían "cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos." Su consejo fue: "Por tanto, velad, acordándoos que por tres años, de noche y de día, no he cesado de amonestar con lágrimas a cada uno. Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios y a la Palabra de su gracia, que tiene poder para sobreedificaros y daros herencia con todos los santificados. (Hechos 20:29/30)

Incluimos como necesario en la competencia de los ancianos el don de presidir: "...el que preside, con solicitud" (Rom.12:8) La palabra en el original griego deriva del verbo kybernao=gobernar un barco. Se refiere al timonel que conduce una nave. El piloto no manda la tripulación ni traza el itinerario del navío sino que cumple las órdenes que recibe del capitán, debiendo seguir el curso previsto en la carta de navegación. Por analogía, en la iglesia local Dios puso "timoneles" con la habilidad espiritual de presidir (ir adelante / conducir), los que tienen la obligación ineludible de sujetarse a las órdenes del divino Capitán. (El Señor) sin desviarse del rumbo indicado en la Carta de Navegación (las Sagradas Escrituras).

4) El don de exhortación: "el que exhorta, en la exhortación" (Ro. 12:8) Habilidad espiritual para advertir, estimular y alentar a personas en situaciones determinadas, mediante la aplicación correcta del consejo de Dios, buscando genuinamente el beneficio de los exhortados.

La exhortación debe ser realizada "delante del Señor" (2ª Tim.2:14) "Porque nuestra exhortación no procedió de error ni de impureza, ni fue por engaño." (1ª Tes. 2:3) "Así como sabéis de qué modo, como el padre a sus hijos, exhortábamos y consolábamos a cada uno de vosotros, y os encargábamos que anduvieseis como es digno de Dios, que os llamó a su reino y gloria." (1ª Tes. 2:11) "...Cuando recibisteis la palabra de Dios que oísteis de nosotros, la recibisteis no como palabra de hombres, sino según es en verdad, la palabra de Dios, la cual actúa en vosotros los creyentes. (1ª Tes. 2:13)

5) El don de repartir: "...el que reparte, con liberalidad." (Rom.12:8) El don espiritual de repartir consiste en el deseo intenso de dar, y en la facultad de hacerlo conforme con la voluntad de Dios.

El poseedor de este don siempre tiene presente que "...se debe ayudar a los necesitados y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir"
(Hechos 20:35). Por consiguiente, distribuye lo que puede con gozo, y cuando se separa de una parte de sus bienes, no lo hace con tristeza sino con el gozoso sentimiento de cumplir con el propósito de Dios en su vida.

El que tiene este don no sólo busca siempre la ocasión de dar, sino que puede hacerlo con sabiduría.
Enviar una suma fija a diferentes obras conocidas no exige mucha reflexión u oración. Pero dar en el momento oportuno la cantidad necesaria allí donde las necesidades son mayores, exige tener sensibilidad a la guía de Dios.

Dar con liberalidad significa hacerlo generosamente y sin móviles egoístas. Si los motivos para dar no son honestos es posible causar mucho daño. Por ejemplo, cuando alguien en razón de sus contribuciones generosas quiere imponer sus puntos de vista a la iglesia, o cree adquirir ciertos derechos sobre los demás. El mandamiento del Señor es "Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos... " y "... no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha" (S.Mateo 6: 1 y 3)

Debe destacarse que este don, al igual que los otros, se menciona en el marco de la iglesia local, por lo que es allí donde debe comenzar a ejercitarse, de acuerdo con el plan de Dios.

6) El don de ayuda (o servicio): "Los que ayudan" (1ª Cor. 12:28) La palabra empleada en el original griego deriva del verbo antilambanesthai que significa: tomar la carga de alguien. Es la habilidad sobrenatural de prestar ayuda a los demás en distintas áreas de la vida.

Quienes poseen este don ponen sus fuerzas y capacidades al servicio de otros, renunciando muchas veces a sus propios proyectos.

Tal era la característica de Gayo, a quien el anciano apóstol Juan le escribe: "Amado, fielmente te conduces cuando prestas algún servicio a los hermanos, especialmente a los desconocidos" (3ª Juan vs.5). Podemos observar que el servicio de Gayo se distinguía, entre otras virtudes, por ser desinteresado y sin favoritismos (ayudaba también a los desconocidos).

El apóstol Pablo, en Romanos 16:2, describe la cualidad de Febe, diaconisa de la iglesia en Cencrea, destacando que "...ella ha ayudado a muchos, y a mí mismo" Deducimos que Febe tenía este don, y lo ejercía prestando ayuda a quien la necesitase.

Este don se distingue del simple servicio que es de esperar en cada uno de los creyentes por:
a) La eficacia del trabajo realizado
b) El gozo con que se realiza
c) Los frutos espirituales que produce: ayuda y ánimo para los que han sido beneficiados, y acciones de gracias para Aquel que inspiró el servicio.
Es importante que aquellos que están llamados a servir en las distintas áreas de actividades de la iglesia local, sepan que su trabajo es tan espiritual y trascendente como otro, aún en el caso de que se limite a asuntos de índole material.

7) El don de hacer misericordia: "...el que hace misericordia, con alegría." (Rom.12:8) Es la habilidad espiritual de asistir con simpatía a personas necesitadas. (Por ejemplo: míseros, deficientes mentales, enfermos, débiles, minusválidos, deprimidos, ciertos ancianos, viudas y huérfanos, etc.) Quien posee el don de hacer misericordia se siente especialmente atraído a ayudar a personas que por lo general otros evitan, cumpliendo su cometido con gozo y no por obligación.

Todos los dones son concedidos y controlados por el mismo Espíritu. La posesión de dones no debe fomentar el orgullo de nadie, porque no tenemos nada que no hayamos recibido. Dios en su sabiduría incomparable ha dispuesto los diferentes miembros en el cuerpo como El quiso.

Cuando Pablo dice en 1ª Cor.12:31 "Procurad, pues, los dones mejores" se está dirigiendo a los corintios como iglesia local, no a cada uno como individuo. (El verbo está en plural también en el original). Les está diciendo que como asamblea deberían desear tener entre ellos los dones mejores, es decir, los que promovieran la edificación, y que eran los que permanecerían a través del tiempo. (No los espectaculares, que cesarían, y que los corintios indebidamente apreciaban más).


La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espiritu Santo sean con todos vosotros. Amén


Samuel Duarte Bautista
Caracas, Venezuela.-




Por COMUNIDAD BIBLICA DE LA GRACIA DE JESUCRISTO

viernes, 27 de mayo de 2011

EXPLICACIÓN DE HEBREOS 6:4-8

Ateniéndonos a Hebreos  6:4-6, ¿es imposible para un cristiano que en pecado volver a levantarse y a ser aceptado por Dios?
El único pecado imperdonable que señala la Biblia es el pecado "contra el Espíritu Santo (Mateo 12:31-32).  Y la mejor definición que podemos dar de ese pecado es la siguiente: "Es el pecado que no se confiesa".

En Isaías 1:18 se garantiza el perdón para lo más graves pecados.  En 1 Juan 1:9 se encuentra la promesa de que al confesar los pecados se nos limpiará "de toda maldad".  En 1 Timoteo 1:15-16, Pablo se consideraba el mayor pecador, pero que recibió la misericordia del perdón.  Por lo tanto, quien manifiesta el deseo de volver al Señor, de confesar sus pecados, de apartarse de ellos y volver a la debida senda, no se encuentra en "pecado imperdonable".  El tal será aceptado por el Señor, quien dijo: "El que viene a mí, no le echo fuera" (Juan 6:37).

La situación descrita en Hebreos 6:4 y 5 no se aplica a una persona que, después de haberse apartado de Dios, vuelve a sentir en su corazón el anhelo de regresar y en cuyo arrepentimiento actúa la fe.

Si una persona hubiera sido totalmente iluminada por la verdad, hubiera gustado del don celestial, hubiera gustado de la buena Palabra de Dios y las virtudes del reino de Dios que esperamos, nunca hubiera entrado en la senda de la apostasía.  En este caso lo que pasó, sin duda, fue que se dejó engañar por Satanás al no haber fortalecido su fe en el estudio profundo de la Palabra, y por lo tanto creyó que dejar al Señor era el mejor camino.

Pero cuando su experiencia lejos de la buena senda le ayudó a descubrir por medio del Espiritu Santo que estaba equivocado, y ahora si comienza a dejar que la verdad lo ilumine, a gustar el don celestial, la presencia del Señor Espíritu Santo, y todo lo que nos ofrece el Señor, será nuevamente aceptado y perdonados sus pecados.

Este texto también se conjuga con el hijo pródigo de la parábola que vuelve al hogar, después de haber salido de él, y que es recibido por el Padre celestial sin ningún reproche (Lucas 15:11-32).


REFLEXIÓN: SI CAES, PUEDES REGRESAR SI TE ARREPIENTES CON FE
La gracia sea contigo!



Por COMUNIDAD BIBLICA DE LA GRACIA DE JESUCRISTO

El Arrepentimiento Biblico 4ta Parte



Actos que Llevan a la Muerte
Como fue mencionado previamente, Heb. 6:1 declara que hay obras que conducen a la muerte, pero ¿cuáles son ellas?  Los pecados listados en 1 Corintios 6:9,10,  Efesios 5:5,6,  Gálatas 5:19-21 y Apocalipsis 21:8 nos dan visión de las cosas de las que uno debe arrepentirse, ya que aquellos que las hacen no heredarán el reino:

¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios?  No erréis;  ni os fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios (1 Corintios 6:9,10).  

Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios.  Nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia (Efesios 5:5,6). 

Y manifiestas son las obras de la carne, que son:  adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a éstas;  acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios (Gálatas 5:19-21).  

Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago de fuego y azufre, que es la muerte segunda (Apocalipsis 21:8).  

¿Qué esperanza tiene el infortunado cristiano que caiga en tales pecados después de su salvación inicial?  
Estas abominaciones deben ser confesadas y abandonadas, buscando el perdón de Dios.  Jesús enseñó que el pródigo volvió a vivir después de una completa ruptura con su relación con las rameras (Lucas 15:24,32).  Lo mismo puede ser establecido acerca de David después que él humildemente buscó el perdón del Señor por su pecado sexual y su asesinato (Salmo 51).  ¿Se mantuvo David salvo durante su detestable pecado antes de arrepentirse?  

No, según el Soberano Dios que  habló Apocalipsis 21:8 desde su propio trono después que la obra infinita del Señor Jesús fuera completada.  Dios no hizo excepciones con nadie, incluyendo a un hombre que escribió parte de la Biblia.  Gracias a Dios, David se arrepintió antes que muriera.  Muchos no lo hacen.  Ezequiel explica lo que le sucedió espiritualmente al Rey David durante ese período oscuro de su vida:

Mas si el justo se apartare de su justicia y cometiere maldad, e hiciere conforme a todas las abominaciones que el impío hizo, ¿vivirá él?  Ninguna de las justicias que hizo le serán tenidas en cuenta;  por su rebelión con que prevaricó, y por el pecado que cometió, por ello morirá (Ezequiel 18:24).  

... La justicia del justo no lo librará el día que se rebelare;  y la impiedad del impío no le será estorbo el día que se volviere de su impiedad;  y el justo no podrá vivir por su justicia el día que pecare.  Cuando yo dijere al justo:  De cierto vivirás, y él confiado en su justicia hiciere iniquidad, todas sus justicias no serán recordadas, sino que morirá por su iniquidad que hizo (Ezequiel  33:12,13).  

Similarmente a lo que Jesús enseñó sobre el pródigo, Pablo dijo al los cristianos romanos:

Porque si vivís conforme a la carne, moriréis, mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis (Romanos 8:13).  

Aquellos que son espirituales, pueden ayudar a restaurar a los hermanos caídos:
Hermanos, si alguno de entre vosotros se ha extraviado de la verdad, y alguno le hace volver, sepa que el que haga volver al pecador de su camino, salvará de muerte un alma, y cubrirá multitud de pecados (Santiago 5:19,20).  

Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado (Gálatas 6:1).  

Si alguno viere a su hermano cometer pecado que no sea de muerte, pedirá, y Dios le dará vida;  esto es para los que cometen pecado que no sea de muerte.  Hay pecado de muerte por el cual yo no digo que se pida.  Toda injusticia es pecado, pero hay pecado no de muerte (1 Juan 5:16,17).
  
Hacer Restitución

Los ladrones deben devolver lo que ellos robaron:

El ladrón hará completa restitución;  si no tuviere con qué, será vendido por su hurto.  Si fuere hallado con el hurto en la mano, vivo, sea buey o asno u oveja, pagará el doble.  Si alguno hiciere pastar en campo o viña, y metiere su bestia en campo de otro, de lo mejor de su campo y de lo mejor de su viña pagará.
  Cuando se prendiere fuego, y al quemar espinos quemare mieses amontonadas o en pie, o campo, el que encendió el fuego pagará lo quemado.  Cuando alguno diere a su prójimo plata o alhajas a guardar, y fuere hurtado de la casa de aquel hombre, si el ladrón fuere hallado, pagará el doble....  En toda clase de fraude, ... el que los jueces condenaren, pagará el doble a su prójimo...  Mas si (el animal) le hubiere sido hurtado, resarcirá a su dueño.   Pero si alguno hubiere tomado prestada bestia de su prójimo, y fuere estropeada o muerta, estando ausente su dueño, deberá pagarla.  Si alguno engañare a una doncella que no fuere desposada, y durmiere con ella, deberá dotarla y tomarla por mujer.  Si su padre no quisiere dársela, él le pesará plata conforme a la dote de las vírgenes (Éxodo 22:3-17).  

¿Se aplica la restitución a nosotros bajo el Nuevo Pacto?  ¡Sí!  Ante la voluntariedad de Zaqueo de hacer restitución a los otros que él había engañado, Jesús declaró que esto mostraba que la salvación había llegado a él:

Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor:  He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres;  y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado.  Jesús le dijo:  Hoy ha venido la salvación a esta casa;  por cuanto él también es hijo de Abraham.  Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido (Lucas 19:8-10).  

Pero en el caso de un ladrón arrepentido moribundo, que no pudiera resarcir lo que robó bajo su condición, aun así será perdonado (Lucas 23:42,43).

Una Lista que Resume

Aunque no sea una lista exhaustiva, hemos visto las siguientes verdades citadas en la Biblia:

·        Clame fuertemente a Dios y conviértase del mal camino y de la rapiña (Jonás 3:5-10).   

·        Reconozca que ha pecado contra el cielo y contra Dios y que no es ya digno de ser llamado su hijo (Lucas 15:17-21;  2 Samuel 12:13).

·        Llore amargamente por el pecado (Lucas 22:61,62).

·        Acérquese a Dios, limpie sus manos;  purifiquer sus corazones, aflíjase, lamente y llore;  cambie su risa en llanto y su gozo en tristeza;  humíllese ante Dios (Santiago 4:8-10).

·        Deje sus caminos impíos y sus malos pensamientos y vuélvase al Señor (Isaías 55:7).

·        Redima los pecados con justicia y las iniquidades haciendo misericordia con los oprimidos (Daniel 4:27).

·        Ore a Dios y confiese que usted ha pecado y hecho iniquidad, que ha hecho impíamente y ha sido rebelde y se ha apartado de sus mandamientos y de sus ordenanzas.  Busque el favor del Señor volviéndose de sus pecados y prestando atención a la verdad del Señor (Daniel 9:4,5,13).

·        Mejore sus caminos y sus obras y obedezca al Señor (Jeremías 26:13).

·        Confiese el nombre de Dios y conviértase del pecado (1 Reyes 8:35).

·        Vuelva en usted, ore a Dios y conviértase a Dios de todo corazón y con toda el alma (2 Crónicas 6:37,38).

·        Busque la salida que Dios ha provisto para resistir firme la tentación (1 Corintios 10:13).

·        Siembre para el Espíritu para segar vida eterna;  no se canse de hacer bien;  haga bien a todos mayormente a la familia de la fe  (Gálatas 6:8-10).

·        Gima y clame a causa de todas las abominaciones (Ezequiel 9:4)

·        Conviértase, vuélvase de sus ídolos y aparte su rostro de todas sus abominaciones (Ezequiel 14:6).

·        Apártese de todos sus pecados que hizo y guarde todos los estatutos de Dios, haga según el derecho y la justicia.  Considere todas las ofensas cometidas y vuélvase de ellas.  ¡Arrepiéntase!  Conviértase de todas sus impiedades.  Apártese de todas sus impiedades que usted ha cometido y hágase un corazón nuevo y un espíritu nuevo (Ezequiel 18:21,23,27,28,30,31).

·        Confese sus pecados (1 Juan 1:9).

·        No encubra pecados, confiéselos y apártese de ellos para hallar misericordia (Proverbios 28:13).

·        Reconozca su pecado ante Dios y no encubra su iniquidad;  confiese sus transgresiones al Señor (Salmo 32:5).

·        Lávese y límpiese.  Quite la iniquidad de sus obras de delante de los ojos de Dios.  Deje de hacer lo malo, aprenda a hacer el bien, busque el juicio, restituya al agraviado, haga justicia al huérfano, ampare a la viuda (Isaías 1:16-18).

·        Arrepiéntase de las obras muertas (Hebreos 6:1).

·        Produzca (buen) fruto manteniéndose en su arrepentimiento y evite el ser cortado y echado en el fuego (Mateo 4:12-17;  Mateo 25:34-36;  Lucas 3:8-14).

·        Esfuércese a  entrar por la puerta angosta (Lucas 13:24).

·        Arrepiéntase y conviértase a Dios y haga obras dignas de arrepentimiento. (Hechos 26:20).

·        Persevere en hacer bien, busque gloria, honor e inmortalidad para que pueda tener vida eterna (Romanos 2:7).

·        No viva conforme a la carne, sino conforme al Espíritu haciendo morir las obras de la carne y vivirá (Romanos 8:13).

·        No participe en los pecados ajenos y consérvese puro (1 Timoteo 5:22).

·        Guárdese de los ídolos (1 Juan 5:21).

·        Manténgase sin mancha de este mundo (Santiago 1:27).

·        Medite en su cama y calle (Salmo 4:4).

·        Considere sus camino y vuelva sus pies a los testimonios de Dios (Salmo 119:59).

·        Pida a Dios que examine su corazón y lo conozca, que lo pruebe y conozca sus pensamientos para ver si hay en usted camino de perversidad y que lo guíe por el camino eterno (Salmo 139:23,24).

·        Mantenga la fe y la buena conciencia (1 Timoteo 1:19)

·        Deseche toda malicia y engaño, hipocresía, envidia, y todas las detracciones;  desee la leche espiritual no adulterada (1 Pedro 2;1,2)

·        Guarde su lengua del mal y sus labios de hablar engaño;  apártese del mal y haga el bien, busque la paz y sígala (1 Pedro 3:10,11)

·        Procure con diligencia ser hallado por Dios sin mancha, irreprensible y en paz (2 Pedro 3:14)

·        Haga morir en usted lo terrenal, deje la ira, el enojo, la malicia, la blasfemia, las palabras deshonestas de su boca;  no mienta (Colosenses 3:5-10)

·        Deje los dioses ajenos (1 Samuel 7:3) y las ofensas cometidas:  busque un nuevo corazón y un nuevo espíritu (Ezequiel 18:31)

·        Avergüéncese de sus pecados pasados (Romanos 6:20-22)

·        Contrístese según Dios y tenga un ferviente deseo de limpiarse (2 Corintios 7:10,11).

·        Tenga un corazón contrito y humillado (Salmo 51:17).

·        Tema a Dios y aborrezca su pecado (Salmo 36:1,2)

·        Evite todos los pecados que aparecen en 1 Corintios 6:9,10;  Efesios 5:5-7;  Gálatas 5:19-21 y Apocalipsis 21:8)

·        Restituya aquellas cosas que usted robó (Exodo 22:3-17;  Lucas 19:8-10) 

Un Poema sobre el Arrepentimiento
Arrepentirse es dejar el pecado
Que tanto habíamos amado,
Y demostrar que nos duele
No haciéndolo nunca más.

Por COMUNIDAD BIBLICA DE LA GRACIA DE JESUCRISTO